Este viernes 9 de febrero se lleva a cabo la misa fúnebre del ex Presidente Piñera en la Catedral de Santiago.

La liturgia está a cargo del Monseñor Fernando Chomali

La homilía de Chomali inició resaltando “­Chile entero, de norte a sur, de mar a cordillera está  consternado por los incendios que han dejado tantos muertos,  tantos heridos, tantos desaparecidos, tanto trabajo y tantos  sueños convertidos en cenizas. También está perplejos por el  fallecimiento tan repentino e inesperado de quien fuera dos  veces presidente de la República de Chile, Sebastián Piñera  Echenique”.  

“Chile es un país sufrido, lo sabemos, si no es terremoto, es  incendio, si no es incendio, serán inundaciones. Pero también  sabemos, como escribió Ercilla, que es una nación fuerte principal y poderosa, capaz de levantarse en la desgracia y  trabajar unidos”, agregó Chomali.

“En esta solemne Misa no corresponde hacer lecturas políticas o  sociológicas de su persona y su legado. De ello se encargarán  los historiadores, los sociólogos y los cientistas políticos. A los  creyentes, al despedirlo nos corresponde rezar por él y por el  eterno descanso de su alma e intentar vislumbrar la huella de  Dios en su vida. Se trata de ver de qué manera el soplo del  Espíritu Santo lo llevó a formar una familia y a dedicarle lo  mejor de su vida y los talentos que el Señor le regaló a servir a  su país en la más alta vocación a la que puede aspirar un ser  humano: la política por ser la fuente primera e insustituible para alcanzar el bien común”, continúa la homilía.

“Sebastián Piñera tenía claro -en ese contexto cultural- que su  vida giraría en torno a dos ejes: la familia y el trabajo.  Comprendía vitalmente que en ese contexto podía vivir en  plenitud su condición de hijo de Dios y de católico. En  diciembre celebró, junto a toda su familia y amigos, 50 años de  matrimonio con Cecilia Morel. Sebastián era un hombre  agradecido de la vida”.  

“Comprendió también que los dones, habilidades y talentos que  Dios le había regalado era para entregarlos a manos llenas.  Pudiendo a temprana edad optar por una vida tranquila en su  casa junto a su familia, emprendió el camino de la política que  lo llevó a ser elegido Presidente de la República dos veces”.  

“Su norte era el trabajo bien hecho. Sólo así se avanzaba, sólo así  se enfrentaban los problemas para darles la solución que  correspondía”, remarcó Chomali.

“Chile, reconoció en las calles su grandeza, no tanto por lo que  dijo sino que por lo que hizo. El pueblo no se equivoca con sus  líderes. Los testimonios que hemos escuchados y que fueron  muchos, hablan por sí solos. Es hermoso escuchar a un pueblo  agradecido que se sacrifica por horas a pleno sol para despedir a quien reconocieron como un presidente preocupado de su país. Sebastián Piñera sirvió a Chile con fuerza, ahínco y  convicción. Como todo ser humano se pudo haber equivocado,  pudo haber cometido errores, algunas cosas las pudo haber  hecho de otra manera, pero lo que no se pone en duda es su  buena fe y recta intención. Las manifestaciones para  homenajearlo en las zonas más martirizadas por el terremoto  como Concepción y Dichato hablan por sí solas”, agrega la homilía.

“Da esperanza el futuro de Chile a la  luz de lo que ha acontecido en estos días. Da esperanza ver  personas de todos los partidos políticos, y algunos claros y  nítidos adversarios políticos, en la guardia de honor junto al  féretro. Da esperanza ver a los millones de chilenos que se  conmueven ante la desgracia ajena y solidarizan con claridad y  sin ambigüedades. Da esperanza ver al gobierno entregando lo  mejor de sí mismo para dejar claro que Chile es uno y que esa  unidad es gracias al Estado de derecho que nos rige y que  cuidamos, y a la democracia que tanto ha costado recuperar y  de la cual nos sentimos orgullosos. Da esperanza ver que las  tradiciones se respetan a cabalidad porque la historia que las  cuajó forma parte del hoy del país y de su futuro”.  

Finalmente, el Monseñor Chomali expresó  “Espero que el fatal accidente del ex presidente Sebastián Piñera  y los incendios voraces que nos azotan contribuyan a generar  un país más unido, más fraterno y más justo, como el que él, de  la mano de Dios, la Virgen María y su familia soñó y contribuyó  a construir”.