El Banco Central presentó hoy el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2018, en el que señala que si bien el sistema financiero y los sistemas de pagos internos y externos no han registrado eventos de disrupción importantes, algunos agentes han acumulado vulnerabilidades.

En ese sentido, el IEF señala que los indicadores financieros de los hogares «muestran algún grado de deterioro, dando cuenta que persisten los riesgos reportados previamente».

Al respecto explicaron que estos siguen concentrados en la evolución futura del mercado del trabajo, en particular para aquellos hogares con alto nivel de endeudamiento y con bajo margen financiero para enfrentar shocks de ingreso.

En particular, la deuda agregada del sector, alcanzó a 46% del PIB al cierre del año 2017. En el caso de deuda bancaria, los sectores de ingresos medioaltos incrementaron sus niveles de endeudamiento entre el 2015 y 2017, mientras transversalmente se observó un aumento de la carga financiera en igual período.

Añade que tanto usuarios como oferentes de crédito estarían en condiciones de acomodar los impactos de distintos escenarios de tensión, incluyendo aquellos asociados a condiciones financieras más estrechas, gracias a que la composición del crédito y el refinanciamiento de deudas ha reducido su exposición a riesgos de tasas y cambiarios. Mayor sería, en cambio, la vulnerabilidad ante un deterioro de las condiciones económicas y del mercado del trabajo.