Tenemos buenas noticias en la economía chilena gracias a los cuatro motores que mueven la economía de un país. Éstos son los consumos de gobierno y de la ciudadanía, la inversión y la exportación y estas cuatro cifras tuvieron un sustancial aumento: 2,5 en el consumo de gobierno, un 5,5%, en el consumo país, 7,1% en inversión y 7,5% en la exportación.

Anotarlo en ese orden no es casualidad pues para que un país sea próspero -y eso está demostrado en las economías avanzadas-, el consumo público debe ser muy, pero muy moderado, tema que los gobiernos de un sector político no tienen muy claro, lo que ha llevado al descalabro a sus países, haciendo gasto más allá de lo racional: Basta mirar a Venezuela.

La cifra que tenemos entonces para Chile de 2,5% muestra ser moderada-alta, pero menor a las otras cifras y eso es bueno.

El consumo país, que es el que hacemos como ciudadanos, se resume en que las personas se atreven a gastar un poco más que el IPC, eso significa que comienza a existir una confianza en el sistema económico del país.

La tensión entonces es que existe una tendencia de IPC, pero que está absolutamente controlada por el Banco Central y este año va a cumplir su meta de un 3% de inflación.

En la inversión –y esto sí que es una muy buena noticia-, significa que los fierros que estamos trayendo de afuera son para crear productos, servicios y empleos y que seguramente hubo ingeniería de por medio como para definir la compra de tal o cual maquinaria, que permitirá generar la riqueza del proyecto estudiado.

Hoy día entonces, con un 7,1% vamos caminando a nuevos proyectos que sin duda dan el tono de un país.

Aquí debemos siempre tener como declaración, primero los fierros y luego el televisor. Es por esto que los guarismos en consumo están en perfecto orden, la inversión siempre tiene que ser mayor que el consumo interno y del gobierno, además de que debería ser el 25% o más del PIB de nuestro país, en algún momento en gobiernos pasados bajó del 22%, cifra que no es buena.

Y la guinda es la exportación, significa que los exportadores logran colocar sus productos de mejor manera en los exigentes y competitivos mercados de la tierra, y aquí lo que se ve es el volumen exportado, eso es lo que creció.-

Independiente de que siempre van a haber problemas, el futuro mediano se ve auspicioso, toda vez que el mundo seguirá creciendo a un ritmo de un 3%, lo cual es bueno, hoy día tenemos una real posibilidad de ser un país abastecedor de alimentos, siempre y cuando se decida por buenas políticas de riego, se nos viene una reforma de la reforma tributaria, la cual sin duda impulsará la inversión y la buena gestión de los impuestos.

En este punto me detengo un instante, solo para indicar a los escépticos que hablan de cómo se va a recaudar un déficit de US$1.000 millones, la respuesta es simple: crecimiento real y potente y una positiva agenda en cambios legislativos.

Claudio Lapostól Vargas
Académico Ingeniería Comercial
Universidad Andrés Bello Concepción.