«El fin del sistema binominal significó una nueva composición para la Cámara. Hoy, diputados, con variados orígenes, formaciones, edades e ideas, dan cuenta de mejor manera de la realidad de nuestra sociedad. Esta diversidad fortalece nuestro sistema democrático».

Con estas palabras, que resaltan la nueva realidad de la Corporación, la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández (PS), inició la rendición de la cuarta Cuenta Pública del Congreso Nacional, evento realizado en conjunto con el titular del Senado, Carlos Montes.

En su discurso, la presidenta de la Cámara resaltó que una de las consecuencias del cambio al sistema electoral fue el aumento de la participación parlamentaria de las mujeres, desde un 15,8% en el período legislativo 2014-2018, a un 22.5% en el actual período.

«No obstante, estos números no pueden dejarnos tranquilos o indiferentes: falta mucho aún para lograr la plena igualdad en la participación política de mujeres y hombres», acotó, haciendo luego mención a las movilizaciones que han buscado consagrar una mayor equidad entre los géneros y disminuir los abusos.

Apeló en este ámbito a un cambio cultural y a impulsar las reformas educacionales necesarias para llevar adelante una educación no sexista, al tiempo que destacó también logros como la constitución de la Comisión de Mujeres y Equidad de Género, además de la tramitación de proyectos como el que consagra el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la reforma constitucional que establece el deber del Estado de promover la Igualdad de Derechos entre Mujeres y Hombres.

Ciudadanía y Transparencia

En este plano, la parlamentaria consideró importante hacerse cargo de la crítica y «avanzar en restablecer la confianza y el respeto de nuestra institucionalidad democrática».

En ese sentido, sostuvo que «no podemos desatender las demandas y críticas que la ciudadanía nos expresa de manera reiterada. En caso contrario, la distancia (…) puede terminar socavando seriamente los cimientos de nuestra democracia, con las nefastas consecuencias que todos conocemos: el populismo autoritario».

También estimó que parte de la desconfianza de la ciudadanía y el desprestigio radican en el desconocimiento del trabajo parlamentario y del alcance de las facultades que poseen. En ese sentido, afirmó que el desafío es comunicar mejor la labor que se desarrolla y abrir las puertas del Congreso para mostrar todos los aspectos relacionados con la función parlamentaria.

«Se han registrado avances sustantivos en esta materia. No en vano este Congreso Nacional obtuvo el segundo lugar en Latinoamérica al medirse los estándares de transparencia en el plano legislativo, gestión administrativa y mecanismos de participación ciudadana y de rendición de cuentas (…). Pese a lo recién expuesto, siempre es posible hacerlo mejor», puntualizó.

Sostuvo que la transparencia es un imperativo prioritario y que alcanzarlo es un desafío político transversal que debe convocar a todos y todas.