Con el objetivo de mejorar la conducta y lograr un cambio interior de la población penal femenina, en el Centro de Detención Preventiva de (CDP) de Quillota se están realizando una serie de terapias alternativas. La primera de ellas fue el taller de mandalas tejidos, cuya ceremonia de cierre se efectuó este miércoles.

En total fueron diez las internas que participaron de esta primera actividad que se extendió por cerca de un mes y medio. Durante este tiempo las internas esperaron con ansias la visita semanal de la profesora Selva Fernández de la Paz, discípula del astrólogo Pedro Engel.

“Hace tiempo que tenía esta inquietud por un tema muy personal. Era primera vez en mi vida que entraba a una cárcel, pero me sucedió algo muy sorprendente. Pensé que me iba a afectar, pero, todo lo contrario, me sentí muy acogida y di mucho amor y recibí mucho amor”, sostuvo la maestra de reiki y yoga, entre otras terapias.

Respecto a la participación de las mujeres, la profesora comentó que: “Me sorprendió lo aplicadas, creativas y respetuosas que fueron. Tomaron el taller con mucha seriedad y eso que no tenían idea de lo que era un mandala. Estaba conversando con las profesionales del área técnica para hacer un taller de superación espiritual, de búsqueda del camino espiritual”.

Los logros alcanzados por medio de este taller fueron destacados por la psicóloga Paulina Araya, jefa (s) del área técnica del CDP de Quillota.

“Trabajaron distintas temáticas a partir de lo emocional, como la tolerancia a la frustración, sus emociones y como  canalizarlas. Se formó un equipo de trabajo súper bueno que les ayudó a estar mucho mejor. Más que un taller fue una terapia. La idea principal es que mantengan el uso del tiempo libre en actividades positivas, que se motiven a subir sus conductas para poder participar en estas actividades y así poder optar a beneficios de distintos tipos”.

AVANCES

Sin duda una de las reclusas que más disfrutó confeccionando mandalas fue Bárbara Bustamante, quien, además, participa en actividades laborales de bordado, tejido y costura.

“El mandala para mi significó un tiempo de relajación y conectarme conmigo. Encuentro que es muy buena terapia para las personas que tienen muchos problemas y que no tienen otra manera de expresar lo que sienten. De repente es mucho el stress que uno sufre y luego del taller llegamos súper bien a la sección, súper contentas”.

“En la sección le enseñamos a distintas niñas, así que también hice de profesora. Tengo paciencia para enseñar, así que fue bueno enseñarles a mis compañeras. Con esto ellas comenzaron a adornar sus espacios”, comentó Bárbara.

Opinión similar es la de Roxana Pacheco, quien destacó los beneficios del taller.

“Nos sirvió harto emocionalmente y psicológicamente. Expresamos a través de los colores lo que uno siente. Nos ayuda a que puedan ver lo que está dentro de cada una de nosotras. Usé muchos colores, como colores flúor. Cuando empezamos a trabajar nos complicaba porque estábamos muy tensas, pero después pudimos relajarnos y así aprendimos”.

PUERTAS ABIERTAS        

El beneficio que esta y otras terapias pueden entregar a la población penal y con ello a Gendarmería ha llevado a que el jefe de la unidad quillotana, comandante Julián Solís, se haya propuesto abrir las puertas a toda persona que quiera colaborar con la reinserción social de las personas privadas de libertad.

“Es tremendamente significativo cuando personas externas a la unidad vienen a ofrecer sus conocimientos. Cuando ellos vienen uno no les puede decir que no. Mi objetivo es darle las facilidades a todas las personas que quieran contribuir en un cambio en las personas que están recluidas”.

El comandante Solís destacó que el próximo mes los reclusos podrán ofrecer sus trabajos en una exposición a realizarse en la Casa de la Cultura de Quillota. Esta posibilidad se podrá concretar gracias al ofrecimiento efectuado por profesionales de la gobernación de Quillota.