El cantante David Bowie, que acababa de cumplir 69 años, falleció  tras una batalla de 18 meses contra el cáncer, según ha confirmado a primera hora de este lunes el entorno del artista a través de la cuenta de Twitter del músico.

«David Bowie ha fallecido hoy (el domingo 10 de enero) en paz, rodeado de su familia, tras una valiente lucha contra el cáncer», señala el tuit. «Aunque muchos de vosotros compartiréis esta pérdida, os pedimos respeto por la privacidad de la familia durante este tiempo de dolor», añade el breve comunicado.

Poco después, el hijo del cantante, Duncan Jones, ha confirmado la muerte: «Lamento mucho y me entristece decir que es cierto. Estaré fuera de las redes durante un tiempo. Os quiero a todos», ha escrito en su cuenta de Twitter.

La muerte del reconocido cantante ha llegado apenas unos días después de la presentación de su último disco, ‘Blackstar’, que hizo público el 8 de enero, coincidiendo con su 69º aniversario. Un trabajo majestuoso y experimental grabado con músicos de la escena jazzística de Nueva York.

Extensa trayectoria

Autor de elogiados álbumes como ‘Heroes‘ (1977), ‘Lodger’ (1979) o ‘Scary Monsters’ (1980), el artista de Brixton (Londres), afincado en Nueva York durante años, llegó a lo más alto de esta industria el 6 de junio de 1972 con ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spider From Mars‘. Ese venerado disco, en el que relata la inverosímil historia del personaje Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual y andrógino reconvertido a estrella del rock, aunó dos de las obsesiones del cantante: el teatro japonés kabuki y la ciencia ficción.

Pero ese excéntrico personaje fue tan solo una de las muchas y variopintas personalidades que adoptó a lo largo de su carrera, como los otros ‘alter ego’ de su cosecha creativa: Aladdin Sane o elDuque Blanco. Una reinvención incombustible que le permitió coquetear con facetas diferentes durante su prolífica trayectoria.

En 1975, llegaría su primer éxito en Estados Unidos de la mano de su sencillo ‘Fame’, un tema que coescribió con John Lennon, así como gracias a su disco ‘Young Americans‘.

Sus experimentos innovadores y sus tendencias transgresoras ya no cesarían. Tras ello, llegaría el minimalista ‘Low’ (1977), la primera de tres colaboraciones con Brian Eno, conocidos como ‘Trilogía de Berlín’, que entraron en el Top 5 británico.

Más tarde, se situó en lo más alto de las listas de éxitos de su país con el pegadizo ‘Ashes to Ashes’, del álbum ‘Scary Monsters (and Super Creeps)’; colaboró con Queen en el exitoso ‘Under Pressure’ y volvió a triunfar en 1983 con ‘Let’s Dance’.