Mohammed bin Salman habló en duros términos sobre el periodista Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, en una conversación que sostuvo con funcionarios estadounidenses.

El príncipe heredero a la corona del reino petrolero, señalado como presunto responsable de la muerte del columnista disidente, conversó telefónicamente con Jared Kushner (yerno de Donald Trump) y John Bolton, ambos asesores del Mandatario norteamericano.

Según The Washington Post, la conversación se produjo poco antes de que la monarquía admita, luego de semanas de presión internacional, la muerte de Khashoggi en la sede diplomática. El enlace tuvo como objetivo mantener a salvo las relaciones bilaterales entre dos aliados estratégicos.

Según aseguró Bin Salman, el periodista era miembro de los Hermanos Musulmanes, un grupo al que se oponen varios funcionarios estadounidenses. Además, intentó ensuciar la imagen del reportero, retratándolo como un sujeto peligroso.

Esta caracterización dista notoriamente del discurso oficial saudita, que lamentó la muerte de Khashoggi como un «atroz error» y una «terrible tragedia». Además, el embajador saudita en EEUU, Khalid bin Salman, lo describió como un «amigo» que se dedicó gran parte de su vida a «servir a su país».