Como un “nuevo guiño electoral del presidente Evo Morales” calificó la ministra de Relaciones Exteriores (s), Carolina Valdivia, el anuncio realizado por el mandatario de Bolivia, donde dio a conocer la presentación de una contrademanda contra Chile por el caso del uso de las aguas del río Silala.

El caso comenzó en 2016, cuando Chile presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia, pidiendo que se establezca que el río Silala es un curso de agua internacional, que cruza la frontera debido a una pendiente natural y que ambos países tienen derecho al uso de sus aguas.

En 2017, Chile presentó ante la Corte Internacional de Justicia su memoria con argumentos. Bolivia debía responder en julio de 2018, pero solicitó al Tribunal una prórroga. La Corte fijó entonces el 3 de septiembre como nuevo plazo.

Este viernes 31 de agosto, Bolivia presentó su contramemoria. En paralelo, el presidente Morales anunció que se presentaría una contrademanda contra Chile por el mismo caso. De acuerdo a las normas de la Corte, si un país decide contrademandar, debe hacerlo cuando presenta su contramemoria.

En este contexto, la canciller (s) Valdivia señaló que “Bolivia confunde, porque se limita a repetir los mismos argumentos que ya conocemos, y aquí lo único nuevo es el nombre de contrademanda. Esto es una contestación de nuestros argumentos y entendemos que se trata de un nuevo guiño electoral del presidente Morales”.

Además, planteó que “Bolivia ha señalado que presentó su contramemoria de manera anticipada. Sin embargo, debemos recordarles que el plazo original fijado era el 3 de julio pasado. Por lo tanto, no existe una presentación anticipada de la contramemoria boliviana, sino que lo ha hecho con 59 días de retraso a lo originalmente pactado”.

Por último, la ministra (s) sostuvo que “Chile reafirma que el río Silala fluye de manera natural hacia Chile. Bolivia no puede cambiar la ley de gravedad” y que “el Silala es un río internacional y ambos Estados ribereños tienen derecho a usarlo, conforme a la regla del uso razonable y equitativo imperante en el derecho internacional”.