Para este año, el Banco Central estima que el crecimiento de la economía chilena se ubicará en un rango entre 3,25 y 4%, lo que se explica fundamentalmente por los datos efectivos conocidos hasta el momento, que mejoran las cifras reveladas en marzo recién pasado, que hablaban de un 3 a 4%.

Esto contempla que las tasas de variación anual del segundo semestre serán menores a las de la primera mitad del año, reflejando una base de comparación más alta que la del primer semestre del 2017, el mayor dinamismo ya observado en líneas ligadas a la inversión y los factores de moderación ya comentados en el ritmo de expansión de la demanda interna final.

La visión sobre la evolución del crecimiento en el período 2018-2020 y la evaluación sobre la velocidad a la que se dará el cierre de las holguras de capacidad no ha variado mayormente. Así, para el 2019 y 2020, se ratifican los rangos de proyección estimados y se sigue esperando que el próximo año la economía crezca entre 3,25 y 4,25% y que el subsiguiente lo haga entre 3 y 4%.

El Consejo del Banco Central continúa estimando que la recuperación de la economía se apoya en un escenario externo favorable, una política monetaria claramente expansiva, el fin del ajuste de la inversión minera y habitacional y la ausencia de desbalances macroeconómicos importantes.

Como supuesto de trabajo, se considera que en el 2018 la economía recibirá un impulso fiscal coherente con el presupuesto vigente, incluyendo los ajustes anunciados por el Gobierno. Desde ahí en adelante, se supone que el gasto seguirá la senda de gradual consolidación fiscal definida en el decreto recién emitido por la autoridad.