Con un contundente apoyo, y frente a una amplia concurrencia ciudadana que incluyó a representantes de los sectores pesqueros artesanales e industriales, la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto que regula la captura de la jibia.

La propuesta legal, ratificada por 99 votos a favor, 18 en contra y 10 abstenciones y devuelta a la Comisión de Pesca para el análisis de las indicaciones presentadas, fue objeto de un amplio y, a ratos, acalorado debate, donde las posturas se cruzaron a favor de uno u otro sector pesquero.

En general, aquellos que apoyaron la iniciativa, estuvieron por defender la conservación del recurso pesquero y por procurar no incurrir en errores del pasado que han llevado al colapso de algunas pesquerías. En este plano, criticaron el sistema de arrastre que realiza hoy la industria y se declararon a favor de la modalidad empleada por al ámbito artesanal, que se caracteriza por una pesca más selectiva.

En contraposición, aquellos que se opusieron, buscaron defender la actividad del sector industrial, estimando que el tenor del proyecto vendrá a afectar a una importante cantidad de mano de obra al eventualmente reducir la captura.

Proyecto

El proyecto no altera las cuotas de pesca que hoy son de un 20% para el sector industrial y de un 80% para el sector artesanal, sino que avanza en aclarar la modalidad de captura que se podrá emplear en esta pesquería.

Así, en concreto, se define que «la especie Dosidicus gigas o Jibia, solo podrá ser extraída utilizando potera y/o línea de mano como arte y/o aparejo de pesca, quedando prohibido cualquier otro tipo de arte y/o aparejo de pesca».

Adicionalmente, la iniciativa establece que los armadores que infrinjan esta norma serán sancionados con multa de 500 unidades tributarias mensuales y el comiso de las especies hidrobiológicas y/o de los productos derivados de estas.