El abogado ecologista Luis Mariano Rendón, aceptó el ofrecimiento que le efectuó hace una semana el Partido Pirata para ser precandidato presidencial en las primarias que realizará el Frente Amplio, para elegir al abanderado de ese nuevo conglomerado político.

Rendón se suma así a la periodista Beatriz Sánchez y al sociólogo Alberto Mayol quienes ya están nominados, por Revolución Democrática y Movimiento Autonomista, la primera, y por Nueva Democracia el segundo.

Rendón fue dirigente de la Fech en los años 80 y luego ha sido un activo impulsor de las luchas ecologistas en nuestro país, destacando entre otras causas, en la conducción de las marchas contra el proyecto Hidroaysén, que inauguraron el ciclo de protestas sociales el año 2011.

También ha sido colaborador del movimiento patrimonialista, participando en la defensa de diversos inmuebles de valor histórico o en la denuncia de los daños arqueológicos del Rally Dakar.

En el mismo año 2011 protagonizó una Toma de las dependencias del Congreso en Santiago en demanda de un plebiscito por la Asamblea Constituyente, deponiendo la acción luego de lograr un acuerdo de diversos parlamentarios para la presentación de un proyecto de reforma constitucional. Fue imputado por esos hechos por el Ministerio Público y luego de un muy visibilizado juicio, fue absuelto por los tribunales de justicia. Por otra parte, su larga actividad en el ámbito de la descontaminación de Santiago fue recogida en el documental “Cuando Respiro”, estrenado el año pasado.

El Partido Pirata es uno de los más nuevos movimientos integrantes del Frente Amplio y es la versión local de un movimiento internacional que ha logrado escaños en diversos parlamentos de países del norte de Europa, alcanzando por ejemplo, el año 2016, un 14% en las elecciones islandesas. Sus banderas de lucha se refieren a la liberación del conocimiento en internet, la defensa de la privacidad de las personas frente a la utilización de sus datos por gobiernos o por el poder económico, y la aplicación de herramientas de la tecnopolítica, como la “democracia líquida”, forma de superación de la democracia representativa que consideran en crisis.