La ONU informó este 29 de marzo que el cuerpo de Zaida Catalán  fue encontrado el martes junto al del estadounidense Michael Sharp; desaparecidos el 12 de marzo pasado junto a su traductor y tres conductores en la provincia de Kasai Central.

Los investigadores participaban en una misión para estabilización y la paz en la RDC, en relación a las violaciones de derechos humanos y la violencia ejercida de parte del ejército congoleño y las milicias en la zona central congolesa.

El canciller Heraldo Muñoz, expresó sus condolencias por la muerte de la funcionaria de las Naciones Unidas indicando que «está con la familia y amigos de Zaida en este momento de profunda tristeza».

Agregó que la activista «ha perdido la vida representando a la ONU y sirviendo los valores de la democracia y los derechos humanos que aprendió de su madre sueca y de su padre exiliado en Suecia, durante los oscuros años de nuestro país», detalló el canciller.

Catalán, de 36 años, fue hija de un fallecido refugiado político que arribó a Suecia junto a otros 29.500 chilenos que se exiliaron en ese país, después del golpe de Estado al Gobierno de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.

Muñoz añadió que su memoria «vivirá entre quienes la quisieron y entre quienes, como nosotros, admiramos su sacrificio y compromiso humanitario».

El secretario general de la ONU, António Guterres, anunció este 29 de marzo que «Michael y Zaida perdieron sus vidas buscando entender las causas del conflicto y la inseguridad en la RDC para traer paz al país y a su pueblo».

Guterres precisó que la instancia internacional «honrará su memoria al seguir apoyando la inestimable labor en la RDC», a la vez que exigió a las autoridades congoleñas una investigación profunda y justicia para los fallecidos.

Catalán fue abogada y política sueca por el Partido Verde entre 2001 y 2005, y luego ejerció como experta en violencia sexual para el trabajo policial de la Unión Europea en Afganistán.