cementerioiluminado5El proyecto “Luz para el recuerdo”, ganador del concurso Sculp Light Quillota 2014, cuyo objetivo es revalorizar a través de la iluminación eficiente un ícono histórico de la ciudad, permanecerá instalado hasta febrero.

En toda una atracción turística y para la ciudadanía se ha convertido el Cementerio de Quillota, emplazado en el Cerro Mayaca. Lo anterior, debido a que ya se implementó el proyecto “Luz para el recuerdo”, ganador del concurso Sculp Light 2014, que ilumina la fachada de este lugar con diversas tonalidades que varían según cambia el color del cielo al anochecer.

Este ícono histórico arquitectónico, que puede apreciarse desde diversos puntos de la ciudad por encontrarse en una meseta, permanecerá iluminado todas las noches hasta mediados de febrero. Esta iniciativa se enmarcó en el  XV Encuentro Iberoamericano de Valorización y Gestión de Cementerios Patrimoniales y la Primera Jornada Nacional de Espacios Funerarios Chilenos, y es impulsada por Schréder Chile, la Ilustre Municipalidad de Quillota, y Plataforma Arquitectura.

Ya en sus primeras semanas de funcionamiento, esta iniciativa ha llamado poderosamente la atención de los vecinos cercanos al cementerio, quienes incluso han sacado sillas a sus veredas para apreciar este proyecto en funcionamiento.

El “ocaso de la vida”

El proyecto ganador, denominado “Luz para el recuerdo”, pertenece a Macarena Meza, diseñadora industrial y Máster en Lighting Design; Daniela Orellana, arquitecto y Máster en Lighting Design; y Cristian Dreyer, diseñador industrial y Máster en Strategic Design.

“Luz para el recuerdo” utiliza como concepto la idea de que nuestros recuerdos van siempre ligados a momentos y durante el día reconocemos diferentes instantes de luz, desde el amanecer al anochecer, modificando paulatinamente su color e intensidad. Por ello, esta propuesta captura el dinamismo de la luz natural, plasmando el atardecer sobre los muros del cementerio.

El crepúsculo simboliza el “ocaso” de la vida… por ello, considerando el horario de puesta de sol en verano, este proyecto sugiere cinco escenas de luz, generando una gradiente de tonos anaranjados hasta azules, para finalizar en blanco. En el último acto, todos los muros se teñirán de blanco, representando el descanso final de las almas. Pulso que aumenta y disminuye, variando la intensidad de luz, lo que simulará que el cerro respira, ya que “el recuerdo permanece vivo por siempre”, como señalan sus autores.

Daniela Orellana señaló al respecto que  “entendemos el uso del color de la luz como una intervención efímera y de carácter artístico. Queremos representar con la iluminación del Cementerio Mayaca de Quillota, que el recuerdo de quienes ya no están permanece vivo y esa perpetuidad se manifiesta con la luz mayoritariamente blanca”.

Esta novedosa propuesta logró materializarse gracias a la tecnología de la multinacional belga el iluminación Led ,Schréder, misma que el año pasado, en la primera versión del Concurso Sculp Light iluminó el edificio F de la Universidad Técnica Federico Santa María, en Valparaíso. Este año, esta empresa  puso a disposición de los creadores del proyecto de Quillota un kit de luminarias que permite efectos de colores programables en el tiempo y de luz dinámica, las cuales varían su intensidad lumínica.