Señor Director:

Los mandatos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera han sido nefastos y de efectos irreversibles para la nación chilena: Ambos son títeres locales de la sinarquía mundial, gestora de la destrucción de los valores tradicionales de la familia y de la sociedad de Occidente.

Bachelet y Piñera han promovido la invasión “inmigración” para los súbditos del globalismo– del país y la inversión de los valores tradicionales de nuestra gente en nombre de los “derechos”, de la “tolerancia” y del “progreso”.

Ambos son los gestores –los arquitectos– del nefasto “nuevo” Chile.

Piñera, como buen lacayo de la sinarquía globalista, ha acatado todos los mandatos del marxismo cultural –la panacea de los “Derechos Humanos”, el “inmigracionismo”, los así denominados “pueblos originarios”, la “ideología de género” y ahora, el “matrimonio igualitario”–, sentando la destrucción de Chile y de los valores de nuestros ancestros.

De manera elocuente, Jean-Jacques Rousseau ha escrito: “… cualquier malhechor, atacando el derecho social, se hace por sus maldades rebelde y traidor a la patria; violando sus leyes deja de ser uno de sus miembros; y aun se puede decir que le hace la guerra. En tal caso la conservación del Estado es incompatible con la suya (…). (Jean-Jacques Rousseau, El Contrato Social. 1762).

Rafael Videla Eissmann

 

 


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