El empresario de diamantes israelí, Ehud Laniado, falleció el pasado sábado en París al someterse a una cirugía que le ayudaría a superar un trauma que lo acompañó toda la vida: los complejos por su apariencia, puesto que no era muy alto, constató Daily Mail.

El hombre, de 65 años, ostentaba una vida llena de lujos, ya que ofrecía fiestas con celebridades de Hollywood y poseía dos propiedades, en Mónaco y Estados Unidos, respectivamente, sin embargo, uno de sus más grandes deseos era alargar sus genitales, encontrando la muerte en el intento.

El comerciante – que le vendió el diamante más caro del mundo a un empresario japonés – conocido como «el argentino», por su manera de vestir, que se asemejaba a un bailarín de tango, falleció de un ataque al corazón mientras le inyectaban una sustancia en sus partes íntimas, señaló el medio internacional.

Diamantes Omega, compañía de la que Laniado era propietario, le rindió homenaje a través de sus redes sociales: «adiós a un empresario visionario. Con profunda tristeza, confirmamos que nuestro fundador ha fallecido».

Un amigo del magnate israelí, que no quiso revelar su identidad, señaló que él siempre estaba preocupado de su apariencia y que «la única vez que se olvidaba de su falta de estatura, era cuando le pedía a su contador que le leyera sus ahorros bancarios», comentó.

El acaudalado empresario fue llevado de vuelta a su tierra natal, como último lugar de descanso.