Ha sido mediante los shock sociales que Chile ha avanzado en materia de derechos humanos, el año pasado con el Óscar alcanzado por el largometraje “Una mujer fantástica” la opinión pública recordó que el país albergaba personas trans y no fue hasta la muerte de Daniel Zamudio, convertido en mártir por los medios de comunicación, que se empezó a legislar una ley contra la discriminación.

Tarde el país ha avanzado; sin embargo, la comunidad LGBTI ya cuenta con pequeños pasos que los reconozca y que los hace sentirse más seguros en este país de derechos.

Constanza Valdés, abogada de 27 años, primera mujer trans en exponer en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, activistas, asesora en el Congreso y nombrada recientemente parte de los 100 Jóvenes Líderes del país en 2018 habla sobre la Ley 21.120 que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género.

¿Qué pasa una vez que la ley ha sido publicada en el Diario Oficial?

El 10 de diciembre se publicó la ley en el Diario Oficial, ahora el gobierno tiene un plazo de seis meses para dictar los reglamentos respectivos y luego de eso, la ley entrará en vigencia 4 meses después.

¿Para llegar a este día qué tuvo que suceder cuáles son los antecedentes?

La iniciativa, la que se promulgó hace muy poco, básicamente fue una moción patrocinada por cierto senadores y que fue redactada por la abogada Jimena Boche y que la impulsaron las organización OTB y fundación Iguales. El proyecto de Ley desde el inicio tuvo una tramitación compleja porque era el Senado el que iba a conocer por primera vez el proyecto todavía estaba la duda si se iba a aprobar en general o no el proyecto de ley.

Se ingresó el 7 de mayo del 2013, en el 2014 se aprobó en general el proyecto y pasó a la Comisión de Derechos Humanos, donde el proyecto de ley tuvo su más extensa tramitación, ya que le agregaban distintas indicaciones.

¿Qué pretendía el proyecto de ley en sus inicios?

Regular el derecho a la identidad de género, el cambio de nombre y sexo registral para las personas trans mayores de 18 años para efecto de lograr que el proyecto se aprobara en la sala del Senado y en la comisión de derechos humanos el proyecto establecía que dichos cambios tendrían que ser ante un juez de familia, no podía ser ante el registro civil porque esa facultad es exclusiva del Presidente de la República, de hecho por constitución no se le puede otorgar nuevas atribuciones a los servicios públicos  a menos que sea por el mismo Ejecutivo.

El gran problema con eso era que para efectos de que se aprobara este proyecto de ley el principio también regulaba la posibilidad de que un tercero se opusiera, eso ya rápidamente se fue eliminando y todos entendieron que era una estrategia para que el proyecto pudiera ser aprobada y fuese avanzando.

En una discusión en la Comisión de Derechos Humanos se logró incluir a niños, niñas y adolescentes en el proyecto de ley para que también tuvieran derecho a la identidad de género y cambio de sexo registral. Fue un trabajo que llevó a cabo la Fundación Tránsito que ahora es Fundación Selena y la Senadora Lili Pérez.

¿Por qué la ley duró tanto tiempo entre 2013 a 2018 en ser promulgada?

Yo creo que la tramitación se extendió por más de 5 años considerando que era un proyecto de ley que complicaba mucho a los sectores conservadores. Incluso a sectores del senado que lo apoyaban, pero no lo entendían.

En ese sentido el desconocimiento hace que permita que los conservadores puedan avanzar más, este proyecto en primera instancia lo afectó mucho que la presidente de la comisión de DDHH fuese la senadora Jacqueline van Rysselberghe, ella no quería colocarlo en tabla el tema y si lo hacía los senadores no llegaban a la Comisión, la tenían que suspender, además de todas las indicaciones agregadas.

Cuando ya terminaron de analizar las indicaciones en diciembre de 2015 lo mandaron de nuevo a la comisión de Constitución porque creían que tenía vicios de inconstitucionalidad y fue en junio de 2017, o sea hubo mucho tiempo entre medio en el que el proyecto estuvo en la comisión “discutiéndose”.

¿Crees que una de las trabas del proyecto haya sido haber incluido a las niñas, niños y adolescentes pudieran cambiarse el sexo registral y el nombre?

Generalmente dentro de la discusión que se tenía en la comunidad uno de los puntos críticos fue eso, muchos de los aspecto de la ley tanto como el derecho a la identidad, la posibilidad de hacer el cambio registral sin necesidad de exigir ningún tipo de requisito. Todos esos elementos fueron igualmente conflictivos, e incluso tomando la postura de no incluir a los niños, niñas y adolescentes para que saliera más rápido, incluso con ese escenario hubiésemos tenido una tramitación largo, porque le habrían buscado la quinta pata al gato.

¿Cuáles son los puntos que rescatas más de esta ley?

Que se regule el derecho a la identidad de género, se establezcan principios. Y que el hecho de que a las personas mayores de 18 años no se les exija ningún tipo de tratamiento hormonal o intervención quirúrgica, lo cual es muy positivo.

Por otro lado, te piden dos testigos, pero aún así dentro del panorama que teníamos que es ante el juzgado de familia para el reconocimiento legal, sigue siendo más positivo el hecho de que se tenga que ir ante el registro civil. Como testigo pueden llevar a dos familiares o amigos, todo es mejor que tener que pasar por un proceso en que te desnuden.

La inclusión de los adolescentes también es un punto muy importante, pero también tiene patas cojas, porque solo podrá cambiar el nombre y el sexo registral el adolescente que tenga el consentimiento de los padres y él/la que no cuenta con el consentimiento de ellos lamentablemente no podrá hacerlo, esto deja un gran espectro por fuera que es y debería ser la autonomía progresiva de los adolescentes, tomando decisiones por sí mismos. En ese sentido no estamos hablando de que no es una decisión corporal, solo es meramente registral.

También valoro mucho que se haya regulado forma expresa el principio de privacidad y confidencialidad que deben tenerse en el procedimiento mismo del cambio de nombre y sexo registral, porque actualmente cualquier persona puede acceder a la causa de una persona que esté ante los juzgados civiles, puede ver todo su historial, incluso los exámenes que le han hecho, y es un aspecto bastante positivo.

¿Y ahora que tanto se está hablando de Derechos Humanos, por qué esto es uno?

Las personas suelen pensar en aquellos Derechos que se identificaron luego de la segunda guerra mundial o la dictadura, pero los derechos humanos tienen muchas variables, una de ellas es su identidad, entendiéndola como un aspecto esencial característico de cada persona, la define y la distingue de la persona que tiene al lado. La identidad no solo va dada por los aspectos biológicos o étnicos de su nacimiento, apariencia, sino también tiene que ver con su nombre y su identidad de género, su orientación sexual y un aspecto muy esencial para el desenvolvimiento de la sociedad actual es el reconocimiento de tu identidad.

Entendiendo que si el Estado no te reconoce, la otra persona no te reconoce, nadie reconoce tu identidad de género, entonces tu ves conculcado tu derecho a la identidad, la manera de expresarte libremente en la sociedad. De hecho la Corte Internacional de Derechos Humanos ha señalado que el derecho a la identidad tiene que ver con el ejercicio de otros derechos como por ejemplo la vida privada, la igualdad ante la ley, se debe entender que de ahí se desprende el derecho a la identidad y de género y esta ley viene a otorgar esta restitución parcial del reconocimiento a la identidad de género y reconocimiento a los derechos de las personas trans en Chile.

¿Qué deja por fuera la ley?

Hay muchas cosas que se deja fuera de esta ley como que el concepto de identidad de género sea entre hombre y mujer, que exijan dos testigos ante el registro civil, que para la categoría de las personas migrantes se haya limitado a partir de que tengan dos años de residencia en Chile y que tengan que inscribir su nacimiento en Santiago, que no se trate el problema de personas trans privadas en libertad, a sabiendas que en este momento hay muchas personas que están en la cárcel por muchas otras condiciones, son variables que lamentablemente se dejan afuera, pero que si bien estas variables las ponemos en una balanza y contrastamos con la ley publicada en el Diario Oficial es un avance sustancial, entendiendo que actualmente tenemos un ordenamiento bastante escueto en materia de regulación de los derechos de las personas trans.

¿Cuál es tu mensaje para las personas que están pasando por esa etapa de autodescubrimiento?

Que no deben tener miedo, que generalmente tienen mucha más compañía de lo que pueden pensar, que busquen espacios seguros de compañía y que si no quieren contarle a su familia y no desean hacer la transición todavía está bien,  cada persona debe respetar sus tiempo y ver de qué manera hacerlo, cuidar su seguridad porque aunque haya más apoyo de algunos sectores sociales y familias más abiertas, hay otros casos en que la situación no es así y puede traer más dolor y sufrimiento, incluso la pérdida de la vida de la persona.

Si alguien está en esta situación que busque personas con las que pueda compartir más experiencias y la entienda afectivamente, así pues el proceso será mucho más rápido para salir de ese espacio hostil y lograr después hacer su transición y ser más feliz. Mi experiencia es que ayuda mucho a ver a otras personas trans que, en distintos ámbitos de su vida, lo han logrado y que efectivamente tienen un trabajo estable, estudiaron, tienen pareja y al final todo es posible.

¿Qué les dices a las personas que hablan de ideología de género?

La ideología de género no existe, existe una ciencia que actualmente comprobó que las personas trans no estamos enfermas, la psiquiatría también lo dijo, la OMS sacó la identidad de género como un trastorno. No hay ningún dato que efectivamente diga que las personas trans estamos enfermas, la ideología de género no existe, lo que sí existe es un despertar que por muchos siglos el género y particularmente el patriarcado ha existido para oprimir, discriminar a ciertas personas y lo que se está revelando ahora no es una ideología de género, sino básicamente la imposición que existía hacia muchas personas durante mucho tiempo.