Hasta la Fiscalía llegaron los concejales de Valparaíso Carlos Bannen y Luis Soto (UDI) para presentar una denuncia por fraude al fisco y malversación de caudales públicos, en contra de un grupo de funcionarios, debido a que -según un informe emitido por la Contraloría Municipal- existirían una serie de irregularidades financieras en la administración del estadio O’Higgins.

Bannen aseguró que “estos delitos se relacionan directamente con lo que está ocurriendo en el estadio O’Higgins, y en ese sentido, tenemos en nuestras manos un oficio emitido por el director de control de la Municipalidad, donde se dan a conocer una serie de irregularidades».

El edil continuó señalando que «el proceso de auditoria va desde el 1 de enero de 2017 hasta el 3 de octubre de 2018, y se revisaron ingresos y egresos, no habiendo claridad respecto a los ingresos que se reciben producto del arriendo de las instalaciones y de los egresos que se producen con lo mismo. En el mismo informe de control se deja claro que estas platas nunca entraron a las arcas municipales ni a ninguna cuenta corriente municipal o a la Tesorería, como siempre se hizo».

El concejal sostuvo también que “esta plata se cobraba, se manejaba por mano, se entregaba por parte del administrador del recinto deportivo al encargado de Deportes de la Municipalidad, el que procedía a gastar en diversos elementos estos dineros. Cuando analizamos el informe nos dimos cuenta que hay una serie de inconsistencias, como por ejemplo qué pasaba con esta plata o a quién se le pasaba».

En principio, según Bannen, el encargado de Deportes señalaba que «le pasaba los dineros a la Dideco”. Luego -prosiguió- decía que «él la recibía directamente. A su vez, los gastos arrojan una suma determinada y después el encargado de Deportes, cuando estaba terminando la auditoría, envía otros gastos que nada se condicen con los entregados originalmente».

El edil indicó también que “acá hay un desorden, no hay claridad con la plata que ingresó, la que nunca entró a arcas municipales. No se sabe en qué se gastó. Estos funcionarios dependen de la Dideco y el encargado de Deportes es un funcionario de la exclusiva confianza del alcalde Jorge Sharp, y son ellos los que deben dar una explicación sobre qué ha pasado en esta situación».

Finalmente, dijo que «también hemos tenido algunas conversaciones de que esto también sucedió, no sólo en el estadio O’Higgins, sino que en todos los recintos municipales, por lo que podríamos hablar de varios millones de pesos que no se sabría su destino”.