Los activistas y músicos punk ruso, Pussy Riot, se atribuyó la responsabilidad por la invasión a la cancha que realizaron cuatro personas y que interrumpió la gran final de la Copa del Mundo Rusia 2018, en la que Francia superó 4-2 a Croacia.

Las cuatro personas ingresaron de manera orquestada y simultánea, vistiendo antiguos uniformes policiales, en referencia a un personaje del fallecido poeta ruso Dmitri Prigov.

Tras su osada acción, estas personas fueron derribadas por los guardias de seguridad del evento. Segundos antes, uno de los sujetos intercambió una palmada con un francés en el círculo central.

Pussy Riot explicó que organizó la invasión a la cancha, y publicó en Twitter una lista de exigencias al gobierno de Rusia, incluida la liberación a presos políticos, poner fin a «arrestos ilegales durante las protestas», y «permitir la competencia política en el país».

Formado en 2011 como una banda de punk-rock feminista contestataria de tres miembros, el colectivo puso en escena actuaciones extemporáneas de provocaciones política sobre temas como la situación de las mujeres en Rusia y, posteriormente, en contra de la campaña electoral de Vladímir Putin.