Este domingo 11 de marzo, Sebastián Piñera asumirá la Presidencia de Chile, en lo que corresponde a su segundo mandato. La fecha, en absoluto fortuita, tiene una razón, y ésta se establece en la Constitución.

Esto se explica porque los nuevos parlamentarios se constituirán en el Congreso a contar del 11 de marzo previo al horario establecido para el cambio de mando presidencial.

Al respecto el académico de la Facultad de Derecho y Gobierno de la Universidad San Sebastián (USS), Yamil Musa, explicó que “este dato es clave, porque es el Congreso en pleno quien realiza la investidura del Presidente electo, esto desde Blanco Encalada, ya que el Congreso es quien representa a la nación y esta confiere el nombramiento”.

Y agregó que «la Ley Orgánica Constitucional dispone en el Artículo 5 que el Congreso Nacional se deberá instalar el día 11 de marzo siguiente a una elección de senadores y diputados. Tras esto, invisten al Presidente electo. No existe un artículo que señale particularmente el inicio del mandato presidencial”.

¿Es una buena fecha?

Consultado sobre lo adecuado de la fecha, Musa explica que “la primera vuelta presidencial se realizó el 19 de noviembre, la segunda vuelta el 17 de diciembre y el cambio de mando se realiza el 11 de marzo. Por tanto, si un Presidente es electo en primera vuelta éste debe convivir casi cuatro meses con el presidente en ejercicio, lo que es un periodo muy largo».

Referente a un posible cambio en la fecha estipulada, Yamil Musa indica que “es posible cambiar la fecha y esta ha variado con el tiempo. El cambio de mando de los últimos presidentes antes de la Constitución de 1980 se realizó el 3 de noviembre, incluso el 24 de diciembre hemos tenido la ceremonia de cambio de mando. Lo que es importante recalcar es que no sólo se debería cambiar la fecha del cambio de mando presidencial, también se tendría que modificar la constitución del nuevo Congreso”.

Piocha de O’Higgins

La Piocha de O’Higgins es el elemento que en el traspaso del mando de un Presidente a otro simboliza la entrega del poder.

Tiene un valor simbólico similar al bastón de mando de otros países.

Es una estrella de cinco puntas, de aproximadamente siete cm de diámetro, esmaltada en color rojo y es considerada como el verdadero símbolo del poder presidencial en Chile y se coloca en el extremo inferior de la banda presidencial.