Saber de dónde venimos es fundamental para saber dónde queremos llegar. Es más, las experiencias de quienes estuvieron antes nos permitirá evitar errores del pasado y además reconocer la importancia de nuestras raíces.

Con el objetivo de hacer un rescate cultural de los pueblos originarios y su expresión artística, las educadoras y técnicos del jardín infantil Naranjín, de Los Andes, ocupan pinturas rupestres para enseñar a los párvulos sobre aquellos que estuvieron cientos de años antes de nosotros.

Una pintura rupestre es, en la práctica, una representación gráfica hecha por el hombre sobre piedra, lo simbolizado allí tiene un nexo profundo con el ser humano relacionado con su entorno.

Además de lo ya mencionado, las visitas al museo arqueológico y salidas educativas reconociendo el patrimonio de la zona permiten complementar la labor de las profesionales del jardín, así es como niños y niñas se acercan transversalmente al arte y además a sus raíces.

El director (s) de Junji Valparaíso, Alejandro Tapia destacó que “el rescate de las tradiciones y expresiones de nuestros pueblos originarios se vuelve trascendental en niños y niñas para comprender lo que nos rodea y saber dónde queremos llegar, el sello del jardín infantil y su positivo impacto nos motiva a seguir en esa senda”.