A las 16:00 horas, el Papa Francisco abandonó la Nunciatura Apostólica, en la comuna de Providencia, para dirigirse hacia el Centro Penitenciario Femenino, ubicado en la comuna de San Joaquín.

En este recinto se encuentran las mujeres privadas de libertad, mientras están puestas a disposición del Tribunal, prisión preventiva y condenadas al cumplimiento de penas privativas de libertad.

La diferencia de otros penales, es que sus dependencias cuentan con espacios y condiciones adecuadas para el cuidado y tratamiento pre y posnatal, así como para la atención de hijos lactantes de las internas.

En la actualidad alberga parte importante de la población penitenciaria de mujeres de la región Metropolitana, siendo la más grande del territorio nacional en su tipo.

Entre 1864 y 1996 la cárcel estuvo a cargo de las religiosas de la congregación del Buen Pastor. Durante más de 100 años, la baja población del centro penitenciario permitía a las cerca de 300 reclusas vivir una vida apacible y campestre.