Continúa la controversia generada por la decisión del alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, de acoger  los reclamos interpuestos por vecinos del barrio O’Higgins e invalidar los permisos de obras del proyecto Parque Pümpin, el que contempla la construcción de 22 edificios y que, según la inmobiliaria, contaba con la aprobación y permisos de todos los estamentos pertinentes.

Francisco Bartolucci, designado por la dictadura como alcalde de Valparaíso en 1978, afirmó que “este hecho afecta y crea desconfianza en el sector privado inmobiliario, sobre todo porque existe la necesidad de que Valparaíso vaya renovándose e ir atrayendo a una clase media que pueda potencia la ciudad. Por lo tanto, ser requiere construcción y deben establecerse las normas y regulaciones adecuadas que operen de una manera objetiva y no subjetiva”.

El también candidato a senador por la UDI subrayó que “el alcalde no puede atribuirse funciones que no tiene y tampoco pensar que por el cargo que detenta puede tomar cualquier decisión o la que a él le parezca conveniente. Ninguna autoridad puede sobrepasar la ley y los reglamentos, y es más, Sharp debe dejar de lado todo lo que tiene que ver con apreciaciones subjetivas”.

Bartolucci finalizó diciendo que “esto lesiona a todos los inversionistas de distintos rubros, ya que si ven que hay una municipalidad y un alcalde que actúa fuera de sus atribuciones y de la ley, tomando decisiones subjetivas, ninguna inversión va a querer hacerse en Valparaíso porque va a chocar con las decisiones autoritarias tomadas por su alcalde”.