Este martes, el subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, visitó el Laboratorio Químico del Servicio Nacional de Aduanas, una de las áreas claves para las estrategias de fiscalización del organismo, que entre el 2015 y 2016 recibió una inversión superior a los $ 1.000 millones en el contexto de la Reforma Tributaria y los programas propios de Control Minero y Control de Tráfico Ilícito (PCTI).

Junto al director nacional de Aduanas, Claudio Sepúlveda, la autoridad conoció el trabajo que durante los dos últimos años se ha realizado para modernizar el laboratorio –que tiene una historia de más de 90 años y está emplazado en un edifico patrimonial de Valparaíso-, con el objetivo de enfrentar los diversos desafíos que tiene el Servicio en el contexto de la protección fronteriza y el control del comercio exterior.

El subsecretario Micco destacó que “este es uno más de los roles claves que debe cumplir Aduanas para proteger las fronteras de nuestros país y fiscalizar con mayor eficacia el comercio exterior»; mientras que el director de Aduanas resaltó que esta inversión le “ha permitido al Laboratorio Químico de Aduanas fortalecer sus capacidades analíticas y situarse como uno de los más modernos del ámbito aduanero en Sudamérica”.

El laboratorio dependiente de la Subdirección Técnica tiene una dotación de 18 personas, la mayoría de ellos profesionales y técnicos del área química, y entre el 2015 y 2016 se invirtieron $280.479.000 en infraestructura; $507 millones en equipamiento de última tecnología; $76.752.000 en gestión de competencias y capacitaciones específicas; $85.207.000 en reactivos y materiales; y $110.793.000 en análisis químicos.

La modernización del laboratorio aduanero y su mayor autonomía en los tipos de análisis que hoy puede realizar, también ha implicado una importante disminución de los costos operacionales asociados a trabajos que antes debían externalizarse, estimándose que entre el 2016 y 2017 este ahorro será superior a los $109 millones. A esto se suma el trabajo coordinado que se realiza con otras instituciones, como Corfo y la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CChEN).