CEKkz2jW0AAtMp3

“Bolivia es una nación de paz, que favorece la cultura del diálogo, con una Constitución que defiende el bienestar del pueblo y sus derechos fundamentales”, con esta frase el ex Presidente y agente boliviano, Eduardo Rodríguez Veltzé coronó la apertura de los alegatos ante la Corte Internacional de La Haya durante esta madrugada.

La defensa boliviana destacó la competencia del Tribunal para pronunciarse sobre el tema de la demanda marítima, que busca obligar a Chile a negociar una salida al mar con soberanía, y cuestionó las razones de su contendor para poner en tela de juicio el obrar de la entidad internacional.

"El asunto es si va a dejar sin efecto la solicitud de Bolivia, sin escuchar los méritos de la misma", dijo el ex mandatario boliviano.

Según plantearon en su exposición, el punto angular de la demanda no está en modificar el tratado de 1904, sino que a una serie de promesas “incumplidas” emitidas por el Gobierno de Chile en un lapsus de casi un siglo.

Rodríguez Veltzé señaló que tras el tratado de 1904 "la promesa de negociar el acceso con plena soberanía a Bolivia al mar fue manifestada en diversos compromisos jurídicos, incluyendo en 1920, el memorándum Matte de 1926, el intercambio de notas de 1950, el memorándum de Truco 1961, la declaración de Charaña de 1975. Las diversas declaraciones de la Organización de Estados Americanos, las múltiples declaraciones y propuestas del propio Chile".

Respecto de la declaración de Charaña se mencionan negociaciones que iniciaron a mediados de los 70' los generales Augusto Pinochet y Hugo Banzer para un corredor soberano al norte de Arica, las que fracasaron por la exigencia de Chile de recibir cierto territorio boliviano a cambio.

Además añadió que "en 2011, tras más de un siglo de promesas, Chile repudió ese acuerdo, su obligación de negociar el acceso soberano al mar. No le quedó otra opción a Bolivia solamente la posibilidad de hacer valer sus derechos en la Corte.Chile pinta ahora a Bolivia como un país que no respeta los tratados solamente porque Bolivia hace valer sus derechos".

Por otra parte, el abogado Mathias Forteau, expuso que "no cabe duda alguna que la objeción preliminar debe rechazarse. Las cuestiones presentadas por Bolivia consisten en que la Corte constate que, paralelamente al Tratado de 1904, Chile asumió el compromiso a través de una serie de promesas, de negociar una salida soberana al mar y no lo ha respetado". Además, el catedrático de la Universidad de Paris dijo que "Chile ha creado confusiones y dificultades de interpretación.

Ha actuado como si nada existiese en el mundo además del Tratado de 1904. Según Chile 'hay un sólo tratado que vincula a ambas partes'. Sobre esta base Chile concluye que todo habría quedado zanjado en dicho Tratado y por lo tanto la Corte no podría conocer el caso. Pero Chile nada ha dicho sobre el hecho de que se comprometió en diversas oportunidades negociar el acceso soberano al mar”.

Al respecto el jurista señaló que si “Chile se comprometió negociar un acceso soberano al mar, cómo podría afirmar a la vez que esta cuestión habría ya quedado dirimido en el Tratado de 1904, es una contradicción".

Mientras la abogada francófona Monique Chemillier-Gendreau, destacó con un discurso incisivo donde enfatizó que "distintos representantes del Estado chileno han prometido negociar" y agregó que "los argumentos de Chile se contradicen por sus propios comportamientos a lo largo de su historia". Además señaló que "Chile se ha invadido de una extraña amnesia colectiva cuyos síntomas los presenta ahora".

Para entregar contexto histórico, la jurista citó una carta del canciller chileno Horacio Walker Larraín, emitida el 20 de junio de 1950, en la que señala: "Mi gobierno está llano a entrar formalmente en una negociación directa destinada a buscar la fórmula que pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al océano Pacífico, y a Chile tener las compensaciones que no tengan carácter territorial y que consulten efectivamente sus intereses".

A las palabras de Chemillier se unieron las del abogado español Antonio Remiro Brotóns, a quien llaman padre de la demanda marítima, que aseguró que la posición de Bolivia no es un “argumento político” sino jurídico.

"Chile trata de torpedear la competencia de la Corte (…) está manipulando el objeto del litigio", indicó el jurista. Al igual que los otros miembros del equipo boliviano, descartó que dicho país intente revisar el Tratado de 1904.

"Bolivia rechaza firmemente la idea de que el diferendo sea presentado como un diferendo que pretenda revisar el tratado de 1904. La única cuestión es la existencia de una obligación de negociar con Bolivia su acceso al pacífico. No podemos aceptar que el Tratado de 1904 sea una especie de ácido corrosivo sobre la competencia de la corte", señaló Remiro.

Por otra parte, Antonio Remiro Brotóns acusó a Chile de "manipular" los argumentos de la demanda Boliviana, entre otras cosas, por la decisión de añadir el mandato constitucional de llegar al océano pacífico. "Chile pretende ser interprete privilegiado de la Constitución de 2009", dijo.