En alerta se encuentran los organismos espaciales luego de que la nave rusa Progress M-27M, lanzada ayer hacia la Estación Espacial Internacional, entrara en descontrol y luego comenzara a caer a la Tierra.

“Como no se han podido encender los propulsores ni realizar una maniobra de corrección, el carguero está descendiendo gradualmente de su órbita”, dijo una fuente a la agencia oficial RIA Nóvosti.

El profesional señaló que la velocidad en la que la nave rusa se precipitará hacia la Tierra es desconocida y que dependerá del estado de la atmosfera y del viento solar.

Asimismo, y lo que tiene más preocupadas a las autoridades y a los responsables del proyecto es que los profesionales han señalado que no es posible determinar dónde caerá la inmensa masa de metal.

Fuentes del Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia revelaron a la agencia Interfax, también de ese país, cuál es el rango posible para la caída del carguero espacial Progress M-27M lanzado este martes , "Si no se logra salvar la nave, tendrá lugar su salida de la órbita. En ese caso, los restos que no se quemen a su paso por la atmósfera caerán en cualquier punto entre el paralelo 52 norte y el paralelo 52 sur", dijo la fuente de CCVE citada por Interfax.

Esto significa que casi todas las grandes ciudades del planeta, menos Moscú, están en la amplia zona en la que Progress podría precipitarse, pero no se sabe cuándo ocurrirá esto. Ya dio siete vueltas a la Tierra y con cada minuto disminuyen las posibilidades de maniobrarlo.