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Brasil avanzó a los cuartos de final del Mundial de Fútbol al derrotar a Chile por 3-2, en los lanzamientos penales.

 La Selección Chilena dijo adiós a la Copa del Mundo este sábado en Belo Horizonte, al caer en definición por penales ante Brasil, el candidato por excelencia a convertirse en monarca mundial. Pero en las retinas de 17 millones de chilenos quedará el recuerdo que el poderoso Scratch, el indomable, tuvo que suplicar al alto cielo para vencer a una Roja que dio muestras de linaje durante 120 minutos de lucha.

No pudo Brasil. Sencillamente, no pudo. Apenas un poste maldito que impidió que Gonzalo Jara marcara el 3-3 en los penales le permitió al elenco de Luiz Felipe Scolari salvarse del cadalso.

El Estadio Mineirao de Belo Horizonte retumbaba con pasión con cada segundo. No era un misterio que las camisetas verdeamarelhas predominarían y así fue entre los 57.714 asistentes. Si durante la interpretación de los himnos nacionales, el rugido brasileño fue ensordecedor –los chilenos, pese a la evidente desventaja numérica en las gradas, cantaron con el corazón y a grito vivo todas las estrofas del “Puro Chile”-, cuando el juez Howard Webb pitó el inicio del compromiso, la capital minera se transformó en un carrusel de sensaciones.

Luiz Gustavo “aleonó” con vigor a la grada norte del estadio y el público de ese sector, mayoritariamente amarillo, respondió con euforia. Era el minuto 4’ y Brasil tenía su primer córner a favor. Un minuto más tarde, Marcelo disparaba por primera vez al arco, remate que pasó levemente desviado por el poste derecho de Claudio Bravo.

El Scratch abrió la cuenta a través de un argumento que se repitió durante los primeros 20 minutos: los centros al área. Hubo dos tiros libres que la zaga resolvió con prestancia, pero al segundo córner ejecutado desde el flanco izquierdo –sí, desde la misma zona de la arenga de Luiz Gustavo- cayó el gol: centro de Neymar, pivoteo de Thiago Silva y autogol de Gonzalo Jara (oficialmente, la FIFA le dio el tanto a David Luiz, quien incomodaba al zaguero del Nottingham Forest).

“Si no sintiera que podemos, tomo mis maletas y me voy a la casa”, dijo Alexis Sánchez en conferencia de prensa dos días antes del partido. Quién más que él, entonces, para poner la paridad, a los 32’: confusión absoluta de los brasileños en un inofensivo lateral, Eduardo Vargas roba el balón con astucia, cede a Sánchez y el delantero define cruzado, anticipándose al tardío cruce de Thiago Silva.

Antes del descanso (42’),  Claudio Bravo se lució al manotear al lanzamiento de esquina un remate venenoso de Dani Alves que se colaba arriba.

La segunda parte arrancó con un disparo peligro de Fernandinho que pasó cerca del vertical derecho chileno y un susto grande para la Roja a los 54’, cuando el árbitro Webb se atrevió a cobrar una mano de Hulk, cuando el delantero definía para el 2-1.

La Selección Chilena también mostró su naipe ofensivo, cuando a los 64’ Charles Aránguiz culminó con un disparo furibundo una triangulación perfecta por el sector derecho entre Mauricio Isla y Arturo Vidal, que no terminó en gol solamente gracias a la atajada monumental de Julio César.

El “Rey Arturo” se retiró extenuado, cuando restaban tres minutos para el tiempo reglamentario y recibió el abrazo sincero de Sebastián Beccacece al llegar al banco de suplentes. Y, cómo no, si lo del volante de la Juventus fue, sencillamente, estremecedor: corrió como si su vida dependiera de ello, marcó con coraje sin importar ni operación ni rodilla ni nada y dejó en el Mineirao hasta la última gota de sudor que había por derramar. Hasta jugó de centrodelantero, en una demostración inolvidable de entereza.

Llegó el tiempo suplementario –bofetada para los escépticos- y, como era de esperar, el anfitrión de la Copa no esperó tiempo para irse en busca del triunfo que evitara el bochorno. De hecho, antes del primer minuto, la Verdeamarelha ya contaba con un tiro libre peligrosísimo a la entrada del área.

Tras quince minutos en que salvo un par de atajadas brillantes de Bravo, Chile supo mantener a los brasileños, el segundo  fue una epopeya. Acá lo que valía era el corazón y no hubo chileno que no  haya demostrado que allá, en el Sur del Mundo, el cuero se forjó en acero. ¿Y si Pinilla anotaba ese impresionante balazo que estremeció el travesaño en el último minuto?

Vinieron los penales y Brasil fue más certero… Ganó el local, sí, pero Chile se va a casa con la frente demasiado en alto, quizás como nunca antes. Esta Selección quedará en la historia y no sólo en Belo Horizonte se recordará, sino en todos los rincones del planeta donde se respire fútbol.

1.-David Luiz (Brasil), gol (1-0) 
2.-Mauricio Pinilla (Chile), tapó Julio César (1-0) 
3.-William (Brasil), desvió (1-0) 
4.-. Alexis Sánchez (Chile), atajó Julio César (1-0). 
5.- Marcelo (Brasil), gol (2-0). 
6.- Charles Aránguiz (Chile), gol (2-1). 
7.- Hulk (Brasil), tapó Bravo. (2-1). 
8.- Marcelo Díaz (Chile), gol (2-2). 
9.-Neymar (Brasil), gol (3-2). 
10.-Gonzalo Jara (Chile), falló (3-2).