Roberto Retamal Pacheco

Se les ve luchando por las causas justas.
Se les ve defendiendo a los oprimidos y denunciando los abusos.
Se les puede ver en las calles, a gritos en la defensa de los derechos humanos.
Así se les ve a los estudiantes, los mismos que dieron un sacudón a esta sociedad adormecida y que han marcado la pauta en cuanto a reivindicaciones sociales en estos dos últimos años.
Entonces, viendo la nobleza de su cruzada por parte estos luchadores sociales uno tiene el derecho a preguntarse:
¿Qué miéchica pretenden al seguir practicando malditos y estúpidos mechoneos contra los más jóvenes?
Mire usted a esos pobres cabros, pintarrajeados, hediondos, descalzos, con la ropa hecha jirones
Ellos apenas cubiertos, practicamente con taparrabos. Ellas, unas cuantas con su ropa interior al aire.
¿Lindo, no?
Estos pobres mechones avanzan con la resignación de la oveja rumbo al matadero. Previamente los han sometido a escarnio humillante, riéndose de ellos y haciéndoles cumplir pruebas vergonzosas que atentan contra el pudor y la dignidad, especialmente de sus compañeras.
Y ante lo realizado por estos trogloditas, ¿usted les cree que son tan defensores de los derechos humanos como dicen ser…?
¿No tienen esos pobres mechones sus propios derechos humanos?…¿con qué autoridad se los violan impunemente?
No me vengan a mí con discursos de reivindicación social si en la misma universidad, a vista y paciencia de sus autoridades tratan en forma despreciable a estos jóvenes.
Con estas prácticas humillantes, tengo el derecho a no creerles nada
Nos estamos viendo