“Me echaron (de la Universidad de Concepción) por malo. Bueno, ese mismo malo, ese mismo entrenador penca (…) los mandó a la 1ª B. No lo digo de soberbio, sino más bien es un desahogo para decir, por la cresta, qué grande es Dios”. Víctor Hugo Castañeda Vargas, el técnico de Everton, así resumió su sentir tras haber logrado el ascenso de los oro y cielo en Concepción.

Pero sus palabras trajeron a la palestra un recuerdo amargo. De cuando a fines del campeonato de Apertura de este año, fue cesado de su cargo como adiestrador de la Universidad de Concepción, por mala campaña.

“Soy un agradecido de los dirigentes de Universidad de Concepción, quienes me cumplieron con todo en lo económico cuando me echaron del puesto, y son muy gente. Y lo que siento, no es bronca con ellos, sino más bien un cuestionamiento de mi mismo, que ante tal situación pensé si era tan penca (…) como entrenador. El fútbol, como la vida, tiene vueltas”, añadió para no dar pie a malos comentarios.

En relación al ascenso de los oro y cielo, el adiestrador fue modesto a la hora de los halagos. “Este éxito de devolver a Everton a primera división, no lo tomo como un logro mío. Es de los jugadores. Ellos se sacaron la cresta para conseguir esta alegría, soportando los insultos de un grupito de personas que nunca nos mancaron. Agradezco a los otros hinchas, esos que nos apoyaron en las buenas y en las malas, en los que fueron a Concepción a hacernos sentir como locales en el estadio. Son tantas emociones que se le vienen a uno en estas circunstancias, pero hay que ser racional y acordarse de los malos momentos para equilibrarse emocionalmente”, se explayó Castañeda, quien aún no tiene claro si permanecerá en la banca de Everton el 2013.

Por Eduardo Poblete