Trabajos de demolición comenzaron hace poco más de dos semanas. Personalidades del ciclismo regional lamentaron la medida de las autoridades, sobre todo porque no existiría intención alguna de levantar un nuevo escenario técnicamente apto para el desarrollo de especialistas en pista.

Por Eduardo Poblete Araya.-

Hablando en bueno chileno, “desvestir un santo para vestir otro”. Si, porque la demolición del emblemático velódromo Roberto Parra de Valparaíso, ubicado en el pulmón deportivo de la ciudad patrimonial –que integran el estadio Elías Figueroa y la elipse del parque Alejo Barrios-, dará paso a un nuevo recinto que albergará a muchas disciplinas según adelanta la autoridad. No obstante, se priva a un selecto grupo de cultores del ciclismo, que antaño, en el pasado reciente, presente y futuro, dio y dará nuevas figuras a una disciplina que ha sabido de campeones nacionales, continentales y panamericanos.

Es cierto también que desde hace varios lustros, las canchas interiores del velódromo sirvieron de bodega para acopio de materiales de la municipalidad de Valparaíso o de estacionamiento durante los partidos de Wanderers o de cualquier otra competencia futbolera o deportiva. Pero también hay que consignar que hasta sus últimos días, los deteriorados peraltes de su pista, supieron de una actividad febril de un grupo no menor de ciclistas infantiles y adultos, ávidos por mantener al ciclismo regional de pista, plenamente vigente.

“Le confidencio una cosa: Una de mis pupilas, Paula Molina, quien es campeona nacional y una de las figuras de proyección del ciclismo regional, lloró cuando vio que las máquinas (retroexcavadoras) comenzaron a intervenir la pista…Hubo pena, impotencia, mucho dolor”, cuenta Felipe Zelada, técnico especializado en ciclismo que desde el2004 ala fecha, ha proyectado a jóvenes ciclistas al primer plano del ciclismo nacional, trabajando incluso a nivel de selecciones nacionales, con participaciones en Sudamericanos y competencias panamericanas.

“Por supuesto que uno se siente desilusionado de las autoridades. No hay comprensión de lo importante que es este deporte. Incluso, me acuerdo de la promesa de un ex intendente (Iván deLa Maza), que nos dijo que incluso iba a techar el velódromo. Se quedó en las puras intenciones no más”, apunta por su parte el ex técnico olímpico Eduardo Carrasco, retirado de la actividad, por el poco respaldo que el ciclismo tiene hoy en la región.

Carrasco, hoy con 76 años a cuestas, ex presidente del Club Ciclista de Quipué, ex entrenador del seleccionado chileno de ciclismo que compitió en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976 y que tuvo bajo su mando a los históricos Richard Tormen y Fernando Vera, entre otros, es drástico a la hora de evaluar la pérdida del velódromo porteño: “Si no hay velódromo ahora, es porque murió el ciclismo en la 5ª región. Es una gran pena que se pierda el velódromo, pero se veía venir. Las autoridades nunca nos apoyaron tampoco, ni siquiera cuando esta región le dio grandes satisfacciones a nivel continental y Panamericano. Una pista como el velódromo Roberto Parra nunca tuvo la mantención adecuada tampoco. El ciclismo ahora no le importa a nadie”, comenta con enfado y desilusión.

VOCES DE PROTESTA

El tres veces campeón panamericano en pista, cuartetas, persecución individual y por equipos, títulos logrados en Santo Domingo (2003), Mar del Plata (2005) y Rio de Janeiro (2007), Enzo Cesario (31 años), hoy estudiante de mecánica automotriz en la sede Viña del Mar dela UniversidadSantaMaría (“el ciclismo no da para vivir y hay que tener una profesión”, confidencia de paso), junto con lamentar la desaparición del emblemático recinto, apunta al rol de las autoridades. “Si se va a construir un Polideportivo donde estaba el (velódromo) Roberto Parra, está bien, pero acá se perjudica al ciclismo, un deporte que le ha dado muchas satisfacciones a la región y desde esta región al país. Canchas de fútbol hay muchas, otro tanto con las de básquetbol, pero un velódromo no es llegar y levantarlo. Ahí las autoridades deportivas no son consecuentes, pues le privan a una disciplina como el ciclismo, tener un espacio adecuado para su crecimiento. NI hablemos de entrenar en las calles o carreteras, pues el incremento del parque automotriz, hace impracticable los entrenamientos en ruta. En Quilpué se usaba hasta hace poco la ruta Lo Orozco, pero ahora no se puede. Por lo mismo, pienso que al ciclismo se la han cortado las alas”.

Su padre, Bruno, ciclismo senior y que también supo de éxitos arriba de una bicicleta, pondera las características del desaparecido recinto. “Técnicamente era un recinto de muy buen nivel, porque siempre escuché decir a los técnicos que cualquier ciclista que se desempeñara bien en el velódromo Roberto Parra, podía competir en muy buen nivel en cualquier escenario del mundo, por las características de su óvalo, sus peraltes, sus curvas”. El patriarca de los Cesario plantea además, su pesimismo sobre el futuro del ciclismo: “Creo que ya no se va a volver a construir otro velódromo. Era la última opción para tenerlo en condiciones. Desde el año 1965 en adelante que venían ciclistas de todo Chile a practicar allí, e incluso extranjeros. No creo que haya interés en construir un nuevo velódromo, porque es muy costoso. Estamos hablando de varios millones de dólares”.

Entra en la discusión el menor del clan Cesario, Francisco, quien también aporta su punto de vista sobre la desaparición del emblemático velódromo. “Siento una tremenda pena por su demolición.  El que se destruya un escenario para un deporte específico, es lamentable. Nos quedamos de brazos cruzados. Competí junto a mi hermano Enzo varias veces, con miras a Nacionales de pista, a los juegos Panamericanos. Los últimos entrenamientos los hicimos en medio de escombros, de materiales de construcción, el velódromo estaba super sucio. Nunca lo tuvimos en óptimas condiciones, pero tenía la gracia de estar homologado en cuanto a sus medidas para competir en cualquier parte de mundo”. El más joven de esta familia ciclista también es crítico con las autoridades de turno: “Cambiarlo (el velódromo) por otro entorno no me parece. Lamentablemente, la autoridad tampoco ha dado muchas señas de levantar un nuevo escenario y la única alternativa que queda es ir a Santiago. O sea, es la única opción que nos va quedando, pero es tiene un costo extra. No es fácil viajar todo el tiempo a entrenar a Santiago”, afirma, opinión que comparte su hermano Enzo. “No todos tienen los recursos para estar viajando a cada rato a Santiago”, apunta el campeón de los Panamericanos del 2007.

El técnico Felipe Zelada, también reclama por esta desaparición del velódromo, desde su perspectiva formativa. “Si bien estamos de acuerdo con el levantamiento de un Polideportivo que albergue varias disciplinas, los ciclistas nos quedamos sin un recinto adecuado para poder entrenar. Gracias a los entrenamientos, al trabajo específico que allí se realizaba, desde que estoy a cargo de la parte técnica, sacamos varios campeones nacionales de ciclismo en pista, y también a nivel internacional. Nos quedamos esperando las promesas de techar el velódromo, de arreglar su pista e instalaciones. Todo eso quedó en nada”, afirma el especialista, quien destaca a las nuevas figuras que requieren de más atención por sus logros. “Trabajo con un grupo de entre10 a15 jóvenes de todas las categorías. Por ejemplo, la más pequeña que partió el año pasado, Paula Molina (14 años). Entrenando dos meses en el velódromo Roberto Parra, obtuvo en menos de dos meses, dos medallas de oro a nivel nacional. Tenemos hartos talentos y valores de proyección, como Francisca Navarro, Jeison Pastrian, pero el ciclismo de pista es muy distinto al de ruta o de calle. Y por lo mismo, no es llegar y entrenar en cualquier parte”, acota.

¿UN NUEVO ESCENARIO?

Conla FederaciónCiclistade Chile desafiliada del Comité Olímpico por varias irregularidades, la opción de defender la permanencia del velódromo Roberto Parra fue impracticable. Ante ello, surgen como opciones Quilpué y Villa Alemana como ciudades que en la eventualidad, podrían albergar un nuevo velódromo, considerando el potencial de competidores que ambas congregan.

“Lo de Villa Alemana no lo tenemos claro. Si hemos conversado con algunas personas de Quilpué para ver la posibilidad de postular a un proyecto porque la mayoría de los buenos ciclistas pisteros y ruteros están en nuestra ciudad o bien en Villa Alemana. Vamos a ver si podemos concretar esta aspiración, aunque sabemos que es muy difícil por el tema de costos”, afirma la actual presidenta del Club Ciclista de Quilpué, Jeanette Jara. Su esposo, Nelson Molina, ex presidente del mismo club y corredor habitual en ruta, es un poco más optimista ante esta eventualidad: “Un velódromo nuevo es complejo, pero en Quilpué estamos juntándonos con amigos para gestionar ante el alcalde que salga electo, solicitar un terreno en comodato para ver la opción de levantar un velódromo. Teniendo el terreno en comodato, debiera ser más fácil poder gestionar recursos ante la empresa privada. ¿Villa Alemana? Sería una buena opción, pero tampoco hay algo claro”, afirma.

Eduardo Carrasco reitera su visión pesimista sobre la real conciencia de ayudar al ciclismo regional. “En Chile es complicado hacer ciclismo, por la falta de escenarios y por la falta de apoyo económico. En la región, el ciclismo se está muriendo. Le pongo un ejemplo: En Quilpué debiera facilitarse la pista del autódromo dela VillaOlímpica, pero tengo entendido que el arriendo de esa pista es caro. Imagínese el lugar donde tienen que entrenar los ciclistas….¡en un autódromo!”. Sobre la opción de un nuevo velódromo, Carrasco es tajante.

“La opción de un velódromo en Villa Alemana son palabras mayores. El municipio debiera asumir un mayor compromiso, considerando que ahí está un campeón Panamericano como Enzo Cesario. Si estuviera esa oportunidad de levantar ahí, yo creo que todos nos pondríamos las pilas, pero francamente, no lo veo muy posible de realizar”.