El retraso en el vuelo del reggaetonero puertorriqueño, Don Omar, cambió por completo los planes para la última noche de Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Wisin, el otrora compañero de Yandel, ya no será el encargado de bajarle el telón a la 57º versión del certamen, sino que ahora deberá hacer bailar a la Quinta Vergara desde el comienzo.

Esta situación fue analizada en rueda de prensa efectuada esta tarde en la sala de conferencias del hotel Sheraton Miramar, donde Wisin comentó que le daba absolutamente lo mismo tocar a la que hora que sea, que para él lo más importante era hacer gozar al público viñamarino.

«Me da lo mismo tocar, primero, al medio o al final. Yo quiero tocar para Viña», lanzó.

Acerca de la larga estadía del género reggaetón en los últimos años de Festival, el artista comentó que «el movimiento urbano está totalmente establecido. Las críticas fueron saludables en un comienzo y nos hicieron crecer profesionalmente. El movimiento urbano es un movimiento muy sincero, honesto. Representamos al pueblo», cerró.