La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, declaró que  los recientes ataques de misiles israelíes en la franja de Gaza, que causaron al menos 242 muertos y 74.000 desplazados, podrían constituir crímenes de guerra.

En una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos para debatir la reciente escalada del conflicto palestino-israelí, Bachelet señaló que esos ataques “siembran dudas sobre el cumplimiento israelí de los principios de distinción y proporcionalidad en la ley humanitaria internacional”. En esta misma línea, desde el organismo advirtieron que si se demuestra que fueron indiscriminados y desproporcionados, “tales ataques podrían constituir crímenes de guerra”, agregó la exmandataria.

“Pese a que Israel defiende que muchos de esos edificios acogían grupos armados o eran utilizados con propósitos militares, no hemos visto evidencias en este sentido”, declaró la alta comisionada, quien además matizó, en alusión a Hamas, que “también es una violación de la ley internacional ubicar recursos militares en zonas civiles densamente pobladas, o atacar desde ellas”, agregando que “las acciones de una de las partes no eximen a la otra de sus obligaciones”.

Bachelet también comparó la situación de los civiles en Israel y Palestina, señalando que mientras los primeros “disponen de la Cúpula de Hierro y fuerzas militares profesionales para defenderlos, los palestinos no tienen protección alguna ante ataques aéreos contra una de las zonas más densamente pobladas del mundo”.

“No tienen lugar al que escapar debido al bloqueo por tierra, mar y aire implementado en los últimos 14 años”, declaró.

Por otro lado, el relator de la ONU para los derechos humanos en el territorio palestino, Michael Lynk, agregó al respecto en la misma sesión del consejo que los palestinos de Gaza “viven en una desesperada situación que Naciones Unidas ha calificado de insostenible e invivible, una forma de castigo colectivo”.

También denunció que los desalojos de palestinos en Jerusalén Este, uno de los desencadenantes del reciente conflicto, forma parte del plan israelí de aumentar los asentamientos ilegales con el fin de establecer un reclamo ilegal de soberanía, pese a las repetidas peticiones de las Naciones Unidas para detener esa práctica.

Lynk reiteró ante la actual situación su petición, emitida recientemente junto a otros responsables de derechos humanos de Naciones Unidas. de que los recientes incidentes en Gaza y Cisjordania sean investigados por la Corte Penal Internacional.

Finalmente, Bachelet dio por su parte la bienvenida al alto el fuego alcanzado entre palestinos e israelíes el 21 de mayo, aunque subrayó que “mientras los problemas de raíz de esta violencia no sean enfrentados, será cuestión de tiempo que una nueva oleada de enfrentamientos comience». «Debe haber un genuino e inclusivo proceso de paz que afronte esos problemas de raíz y acabe con la ocupación”, concluyó.