La mañana de este sábado, un grupo de manifestantes interrumpió en la Catedral la misa de posesión de cargo de Celestino Aros como arzobispo de Santiago, lanzando bombas lacrimógenas hacia el altar en manera de protesta cuando se realizaba la eucaristía.

Fue allí cuando un joven llegó llevando una bolsa, arrojando a metros del altar decenas de cartuchos de bombas lacrimógenas, siendo detenido posteriormente por los guardias del recinto.

Durante la ceremonia, igualmente, una asistente mostró una pancarta que ¿Y el pueblo cuándo será consultado?

Para Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica, destacó que «Esto refleja que hay personas que no saben lo que significan los lugares sagrados para los que tenemos fe. Me parece que es un acto de intolerancia, de violencia innecesaria, pero fue tan menor, que no afectó para nada la gran ceremonia».

Para el nuncio apostólico Alberto Ortega, la protesta realizada «es una expresión de gente que se ha querido manifestar. No era el momento ni el lugar oportuno. Fue una celebración muy bonita y yo preferiría hablar de todo el conjunto de esta celebración».