Durante la actividad realizada en la Catedral Metropolitana de Santiago con religiosos, sacerdotes consagrados y seminaristas chilenos, el Papa Francisco reiteró su mensaje a las víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica en nuestro país.

Junto a reconocer que actualmente su religión enfrenta «momentos de turbulencia», aseguró que «conozco el dolor de los casos de abusos a menores de edad. Los sigo con atención respecto a cuánto hacen para superar ese grave y doloroso mal».

También, Francisco indicó que sentía «dolor por el daño de las víctimas y el de sus familias, que han visto plasmada la traición. Siento dolor por ustedes, hermanos, por el desgaste de vuestra entrega, de la sospecha y el cuestionamiento que en algunos o muchos introdujo duda, miedo o desconfianza».

Finalmente les indicó a los presentes que «sé que han sufrido insultos en el Metro o caminando por la calle. Sé que ir caminando de cura se está pagando caro. Pero los invito a que le pidamos a Dios que nos dé lucidez para pedir perdón y escuchar lo que nos está diciendo y no rumiar la desolación».