La Fiscalía dio un radical giro en la investigación de la tragedia del Hércules C-130 pasando de presunta desgracia a cuasidelito de homicidio.

Vale recordar que la aeronave cayó en el Mar de Drake con 38 pasajeros el pasado 9 de diciembre.

Durante su investigación, Eugenio Campos, detectó dos desperfectos en el Hércules C -130, los cuales fueron avisados por la tripulación cuando la aeronave arribó de Santiago a Punta Arenas, antes de despegar rumbo a la Antártida a donde no llegó.

Según consigna El Mercurio, estos desperfectos fueron detallados por la Fuerza Aérea de Chile en un oficio reservado.

En esa instancia, se reportó que el cabo primero Leandro Torti, especialista en electrónica aérea quien falleciera en el vuelo, llamó a los efectivos de mantenimiento en Santiago para que revisaran si habría un repuesto para el actuador del oil cooler flap ya que»el actual presentaba una falla».

Según detalló la FACH en el documento,cada motor del avión tiene uno de esos dispositivos que sirven para regular el flujo de aire que pasa por el radiador que enfría el aceite de motor en forma manual o automática.

Desde Santiago,le habrían indicado al cabo Torti que no había repuesto.

Posteriormente la misma solicitud fue hecha nuevamente por el sargento primero Francisco Aguirre, también fallecido en el accidente, pero recibió la misma respuesta.

La FACH asegura en el oficio que «la operación de la aeronave con el oil cooler flap inoperativa está permitida, tal como señala la documentación técnica del avión de uso común entre los operadores del C-130 internacional».

El segundo desperfecto resultaría ser una «falla en la indicación de cantidad de combustible en el estanque Número 1 y Número 4», se logró revisar el primero, pero habría faltado revisar el cuarto estanque, pero según la FACH, «la operación de la aeronave con desperfecto en un indicador de cantidad de combustible está permitida, según lo señala la documentación técnica del avión».

En el informe se detalla igualmente que el avión llevaba dos bultos de «mercancía peligrosa», materiales que se utilizarían para realizar una serie de trabajos en la base Antártica.

Los bultos constaban de 25 tinetas de 18 litros de pintura, 59 galones catalizador componente B, 30 galones de anticorrosivo, 22 bidones de cinco litros de diluyente, tres galones de esmalte sintético, 12 tapagoteras, buzos desechables y otros elementos.

Ante estos antecedentes, el 29 de enero pasado, la Fiscalía cambió la investigación por «cuasidelito de homicidio» y solicitó asistencia a Estados Unidos para contactar a la empresa Loockheed Martin con el fin de que entregue información sobre la aeronave fabricada en 1978 y que en 2015 arribó a Chile.

De esta manera se pretende determinar la «autonomía de vuelo», «capacidad de estanques de combustible», «cuidados de mantención y revisiones técnicas», «informar si Chile reportó incidentes/accidentes de aeronaves de este tpo al fabricante» y «la obligación/necesidad del fabricante de capacitar al adquirente de la aeronave para su mantenimiento».

En el documento, el fiscal Campos señala que»A juicio del Ministerio Público, los hechos investigados configuran cuasidelito de homicidio, en grado de desarrollo consumado, encontrándose pendiente la determinación de él o los imputados».
Por esta razón, el 1 de febrero pasado, el persecutor solicitó «de forma urgente» a la PDI ubicar a cinco miembros de la FACH que tuvieron contacto con la tripulación al momento de solicitar los repuestos.

Por su parte, el abogado Maximiliano Delgado, que representa a 15 familias, señaló que «nuestras tesis, en todos los casos, apuntan a responsabilidad de la institución, pues los factores que propiciaron esta tragedia se refieren a factores ajenos a la tripulación, con operaciones de vuelo no militares en una aeronave militar, contrario a lo que refiere la máxima autoridad de la FACh que lo cataloga como vuelo militar, altamente riesgoso».