El presidente venezolano, Nicolás Maduro, analiza la privatización del petróleo mediante la entrega de participaciones mayoritarias y el control de su industria petrolera venezolana a las grandes corporaciones internacionales, esto en medio de una profunda crisis económica que vive el país.

La medida terminaría con décadas de monopolio estatal sobre los recursos petroleros. Bloomberg afirmó, además, que representantes de Maduro han mantenido conversaciones con las compañías de hidrocarburos Rosneft PJSC, de Rusia; Repsol, de España, y Eni SpA de Italia.La idea es permitirles hacerse cargo de las propiedades petroleras controladas por el gobierno y reestructurar parte de la deuda de la compañía estatal, Petróleos de Venezuela SA, a cambio de activos, según personas con conocimiento del tema.

La propuesta, que ofrecería un respiro al sector petrolero, ya muy debilitado, está aún en etapas iniciales y enfrenta grandes obstáculos. Las leyes venezolanas tendrían que modificarse, hay desacuerdo respecto a la manera en cómo financiar las operaciones. Por otra parte, las sanciones de Washington prohíben que cualquier empresa estadounidense haga negocios con el régimen de Maduro sin una licencia. Las sanciones también han desalentado a las empresas no estadounidenses a invertir en Venezuela.

La una vez admirada PDVSA, compañía estatal con una producción de 3,5 millones de barriles diarios, ahora bombea a un mínimo histórico de 700.000 barriles por día, a pesar de tener una de las reservas petroleras más grandes conocidas del mundo. Así mismo, las reservas extranjeras del Banco Central han disminuido a su menor nivel en tres décadas, mientras que el efectivo del país suma menos de US$1.000 millones.