Con una Liturgia de la Palabra y bendición de escapularios que expresan la consagración especial a la Virgen del Carmen, Monseñor Celestino Aós celebró este domingo el Día de la Madre junto a más de cien locatarias del Mercado Tirso de Molina.

El Obispo dedicó algunas palabras para quienes han sido bendecidas con el don de engendrar vida diciendo: “Mi saludo y mis mejores deseos para todas ellas, en especial para las de este sector del Mercado Tirso de Molina donde hemos celebrado esta liturgia. Mi deseo es que la maternidad sea para todas un título de gloria, de realización personal” y agregó que, “ojalá que todos cuidemos la maternidad, que cada mujer que concibe un hijo pueda gestarlo y darlo a luz, pero además, que tenga las condiciones de vida y laborales que le permitan desarrollar su capacidad de cuidar a ese niño que es un regalo y una responsabilidad, no solo para ella y su familia, sino que para todo Chile”.

“Ser mamá es un misterio, Dios ha puesto en el cuerpo del hombre y la mujer la capacidad de engendrar una vida y cada vez que nosotros iluminamos la realidad de la persona humana, del varón o de la mujer y la encaminamos hacia Jesucristo, estamos encaminándola hacia lo más profundo de sí misma, para que se descubra en esa gran dignidad”, dijo.

Consultado sobre la situación de crisis por la que atraviesa la Iglesia en Chile y el mundo, el Obispo expresó: “Es triste que los hijos desconfíen de su madre. La Iglesia es mi madre y si yo pierdo la confianza es porque un hijo descubrió que su propia mamá se equivocó o cayó, pero igual será su madre siempre y si tengo que llorar con ella lo haré y si tengo que alegrarme también”.

Compartió además con las locatarias de este popular sector de la ciudad de Santiago, conocido como el Barrio de “La Chimba” y recorrió  los puestos de frutas y verduras bendiciéndolos.

Cecilia Cádiz quien trabaja en el lugar vendiendo panqueques y dulces, expresó su alegría por la visita del Obispo y agradeció el reconocimiento de la Iglesia a las mujeres de esfuerzo que sacan adelante a sus hijos diciendo, “yo creo que el mayor orgullo de un hijo es que su madre sea trabajadora, una mujer de lucha, una mujer que está presente para ellos siempre, ese el don más lindo que Dios nos ha entregado”.