Desde el viernes pasado inició polémica por información revelada por el medio brasileño Globo, pues el Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF) detectó 48 depósitos de 2.000 reales cada uno, realizados a la cuenta bancaria de Flavio Bolsonaro, hijo mayor del presidente, Jair Bolsonaro, que a su vez está próximo a juramentarse como senador, el 1 de febrero. Estas transacciones habrían sido entre junio y julio de 2017, por un valor total de 96.000 reales, unos 30.000 dólares, aproximadamente.

Los documentos fueron hallados en una investigación que realiza el Ministerio Público de Rio de Janeiro (MPRJ) que pretende desmontar un esquema de retención de salarios de funcionaros.

El MPRJ descubrió movimientos atípicos en la cuenta de Fabricio Queiroz, chofer y exfuncionario del primogénito de Bolsonaro. El caso fue revelado en diciembre por el periódico Estadao, que dio a conocer un movimiento de 1,2 millones de reales (300.000 dólares) en las cuentas de Queiroz, una suma poco probable con los ingresos de chófer.

El escándalo ha abierto las puertas a interrogantes alrededor de la familia del mandatario brasileño, quien durante su campaña prometió combatir la extendida corrupción en Brasil.

Sin embargo, Flavio Bolsonaro, afirmó este domingo que los depósitos fraccionados de dinero apuntados como “sospechosos” por el organismo anti-lavado corresponden a la compra y venta de un apartamento realizada de manera transparente.

“Ese dinero es mío, depositado en mi propia cuenta (…) No hay ningún misterio, está todo declarado, justificado. Si fuese algo ilícito, ¿creen que lo depositaría en mi cuenta? No hay dinero ilícito en mis manos”, se defendió Flavio en una entrevista emitida por la TV Record el domingo por la noche.