En el marco de la demanda por encubrimiento presentada por las víctimas de Fernando Karadima contra el Arzobispado de Santiago, se dio a conocer una carta de febrero de 2009, escrita por el cardenal Francisco Javier Errázuriz y dirigida al entonces nuncio apostólico, Giuseppe Pinto, en la cual le señala que cerró la investigación contra el ex párroco de El Bosque.

En la misiva, Errázuriz indica a Pinto que «por respeto al padre Karadima, no le pedí al promotor que lo interrogara. Sólo le pedí a monseñor Andrés Arteaga su parecer. Él consideró que todo era absolutamente inverosímil. Como se trataba de hechos prescritos, cerré la investigación».

Continuó explicando en la carta que «así quise protegerlos, consciente de que mi manera de proceder, si los acusadores llevasen algún día el caso a la prensa, se volcaría en contra de mí».

No obstante, el abogado del Arzobispado de Santiago, Nicolás Luco, manifestó ante los ministros de la novena Sala de la Corte de Apelaciones que «no hay ningún documento que diga que se cierra la investigación, menos alegando prescripción».

El abogado querellante, Juan Pablo Hermosilla, comentó que esta prueba «contradice todo lo que ha dicho bajo juramento en sus declaraciones. Él (Errázuriz) siempre ha dicho que actúa de buena fe, que gracias al trabajo de él se pudo sancionar al señor Karadima».

Además, el jurista planteó que «dice que él mantuvo siempre abierta la investigación, como mostrando su buena fe, y lo que dice en esta carta es que él cerró la investigación, lo que nosotros suponíamos, porque no pasó nada durante muchos años».

Cabe recordar que este documento fue encontrado luego de los allanamientos que la Fiscalía Regional de O’Higgins, diligencias que se encuentran paralizadas tras un recurso del obispado de Valparaíso.

Otro hecho revelado por el cardenal Errázuriz en la carta es que recibió «el reproche indignado de dos hermanos obispos, por dar crédito a los acusadores y haber pedido la intervención del promotor de justicia”.