El microbiólogo de la Universidad de Valparaíso (UV), Alejandro Dinamarca, aseguró que las emisiones contaminantes en Quintero y Puchuncaví no se limitan a agentes volátiles que se dispersan en el aire, sino que el suelo y el mar también han sido seriamente afectados por los residuos tóxicos.

Por ello, el profesional planteó una solución integral con una innovadora tecnología desarrollada en su laboratorio, que apunta a bioremediar el borde costero que ha sido contaminado. Su propuesta es una solución ya probada en el fondo marino de la denominada “zona de sacrificio” para recuperar la biodiversidad y eliminar agentes nocivos de la bahía.

La iniciativa busca sumarse a un plan de descontaminación, que considere la participación de los habitantes, organizaciones comunitarias y empresas, para reconvertir al sector en un lugar sustentable y sostenible en el tiempo.

Respecto a su propuesta, Dinamarca explicó que “consiste en integrar con otras instituciones un plan de descontaminación continuo basado en recursos biológicos propios de la zona, como lo son bacterias y algas. Esta iniciativa permitirá remover hidrocarburos y metales pesados acumulados por los diferentes eventos de derrames y contaminación que ocurren en esta área».

El objetivo es que las universidades puedan traspasar su conocimiento, traducido en productos y servicios, a las comunidades, de manera que se desarrolle una reconversión y diversificación productiva en la zona, a la vez que organizaciones, como pescadores, puedan proteger sus áreas de manejo.

Por ello, el experto señalo que «la participación de las universidades, las empresas del sector, las comunidades y empresas internacionales, permitirán configurar un verdadero paquete de medidas de estado que convierta a esta zona de sacrificio en un ejemplo de desarrollo sustentable”.

El equipo de investigadores que lidera el Dr. Dinamarca, en virtud de un proyecto FIC y el CMBi, realizó un riguroso estudio sobre la capacidad de la bacteria Cobetia para lograr la recuperación ecológica de zonas afectadas por la contaminación que existe en el lugar.

Desde el punto de vista de la eficiencia de este recurso dijo que “hemos visto que esta bacteria, en condiciones controladas, puede llegar a degradar hasta un 90% de hidrocarburos totales. Y desde el punto de vista de los metales pesados, estamos seguros que podemos explicar la relación que esta bacteria tiene con el cromo, el cobre y el arsénico, por ejemplo».