Los movimientos universitarios feministas decidieron radicalizar sus acciones y se tomaron la casa central de la Pontificia Universidad Católica (PUC), ubicada en la comuna de Santiago.

Desde el interior de la casa de estudios, las alumnas explicaron que el objetivo de esta medida es que el rector, Ignacio Sánchez, tome medidas concretas ante los casos de abusos que se han registrado en el plantel.

Por ello, desde la Federación de Estudiantes respaldaron el accionar e hicieron un llamado «al diálogo, a evitar la represión en contra de las compañeras manifestantes».

También pidieron «intentar llegar a un acuerdo, que logre reactivar el funcionamiento normal de la universidad, siempre y cuando, se escuchen las demandas realizadas por las estudiantes”.

Cabe recordar que la última toma de la casa central de la PUC se registró hace 51 años, en 1967.