De escurridizo deambular y costumbres nocturnas, el gato colocolo (Leopardus colocolo) no es un animal fácil de avistar ni menos de fotografiar. Por este motivo, si bien la presencia de éste figuraba en la bibliografía de la Reserva Nacional Lago Peñuelas, no existían imágenes que la acreditaran.

Sin  embargo, a principios de este año, con la instalación de dos cámaras trampa (marca Bushshell, modelo Trophy Cam HD), la Corporación Nacional Forestal (Conaf) pudo confirmar que esta especie habita en la unidad, ubicada en la comuna de Valparaíso.

El director regional de Conaf, Pablo Mira, calificó el descubrimiento como “histórico, muy importante para nosotros, porque antes teníamos solamente percepciones de que andaba rondando por ahí un felino de tamaño mayor a lo normal. Ahora hay una constancia real de que el gato Colocolo está en nuestra reserva. Por lo tanto, eso nos invita a seguir perseverando en esta misma campaña de conocer mejor a la naturaleza”.

Añadió que “de noche los animales tienen un sistema de vida distinto al de día, y hoy lo podemos filmar y dar un testimonio verídico de lo que está pasando con ellos, y así fue que logramos este hallazgo”.

Por su parte, la encargada regional de la sección de conservación de la diversidad biológica de Conaf, Javiera Meza, detalló que el gato colocolo puede ser confundido con un ejemplar doméstico, “aunque es un poco más grande y más robusto; pesa entre 2 y 3.7 kilogramos, y mide entre 52 a 70 centímetros de largo, con una cola bastante gruesa, más o menos de 30 centímetros”. Además, precisó que su cabeza y orejas son de un tamaño mayor, y que tiene franjas marcadas y características en sus patas delanteras y traseras.

En tanto, el guardaparques y encargado de fauna de la reserva nacional, Alexander Fontaine, sostuvo que las cámaras trampa fueron instaladas en puntos estratégicos, “donde podíamos encontrar a esta especie u otras interesantes, como gatos güiña, zorros, quiques o pumas, que sabemos que existen en las áreas protegidas, pero que no son vistas a diario por nosotros o los visitantes”. Agregó que, en este caso, los dispositivos fueron implementados en lugares “donde no encontramos gente regularmente, donde está el bosque nativo más prístino”.

Cabe señalar que el sistema de televigilancia de Conaf, que contempla el uso de cámaras trampa en diferentes parques y reservas nacionales del país, permite avistar especies de comportamientos nocturnos y crepusculares, así como supervisar amenazas para la fauna silvestre, tales como los perros y gatos, tanto asilvestrados como domésticos, que compiten por alimento y transmiten enfermedades. Además, contribuye a la generación de estrategias para la conservación de los mamíferos autóctonos.