La justicia británica determinó interrumpirle el auxilio mecánico a Alfie Evans, un bebé que sufre una enfermedad cerebral degenerativa terminal y que está en estado semivegetativo desde hace dos años.

Pese a los esfuerzos de sus papás por contradecir esta decisión, el pequeño de 23 meses fue desconectado este lunes 23 por la noche, pero esta jornada continuaba respirando; esto, a pesar de que los médicos habían asegurado que no sobreviviría más de unos minutos sin la ayuda.

Su padre, Tom Evans, de 21 años, confirmó ante la gran cantidad de medios de prensa apostados en las afueras del hospital de Liverpool que el bebé «respira por sus propios medios» y que «no está sufriendo».

Además, contó que consiguió que los médicos «le suministren agua y oxigeno», al ver que seis horas después de desenchufarlo Alfie seguía con vida.

La decisión inglesa generó que un hospital de Roma, en Italia, los invitara a continuar con el tratamiento en su centro asistencial, sin embargo la demanda fue rechazada por las instancias judiciales del Reino Unido, pese a que incluso Italia le concedió la ciudadanía al pequeño en un desesperado intento para que lo transfirieran.

Además, el magistrado inglés dejó la puerta abierta a que el niño, al que le fueron retiradas el lunes por la noche las máquinas de soporte artificial, «pase sus días u horas finales en casa con sus padres».

Cabe indicar que hasta el Papa Francisco se refirió al tema, diciendo que estaba «conmovido por las oraciones y la amplia solidaridad en favor del pequeño Alfie Evans. Renuevo mi llamamiento para que se escuche el sufrimiento de sus padres y se cumpla su deseo de intentar nuevas posibilidades de tratamiento».