Comiendo sopaipillas, el Papa Francisco se retiró del Santuario de San Alberto Hurtado, en la comuna de Estación Central, donde participó del «Encuentro con el Cristo Pobre».

En la actividad, el capellán del Hogar de Cristo, Pablo Walker, le presentó a cercanos al recinto, los que fueron saludados y bendecidos por el Sumo Pontífice.

En medio de estos saludos, Su Santidad recibió una sopaipilla, de la que dijo que tenían «muy buen olor», y aunque la tuvo alrededor de cinco minutos en su mano, finalmente la pudo degustar al retirarse.

Finalmente, el Papa Francisco se retiró del Santuario, no sin antes bendecir a los presentes y al Cristo de la Divina Misericordia que fue revelado. Además, recibió una Biblia traída desde Argentina.