“La entrega, el compromiso y el corazón son el inicio de la transformación”. Bajo esta consigna, y con el objetivo de trabajar juntos por crear o mejorar espacios comunitarios dentro de campamentos, jóvenes voluntarios de Techo-Chile de las regiones de Valparaíso, O’Higgins y Biobío construirán cinco proyectos en las comunas de Viña del Mar y Valparaíso.

Entre el 19 y 28 de enero, más de 250 voluntarios trabajarán junto a las familias de los campamentos en el mejoramiento del entorno y la participación comunitaria. Esta instancia será liderada por Gilda Pincheira y Cristofer Seriche, quienes se encuentran trabajando en todo el proceso previo, en conjunto a los Jefes de Escuela, quienes coordinarán el trabajo con voluntarios en cada uno de las zonas.

Campamentos

– Comité Nueva Esperanza del Campamento Felipe Camiroaga: Se construirán 6 torres de agua, de una estructura de fierro, además de la implementación de la sede comunitaria.

– Comité Halcones de Chicureo del Campamento Felipe Camiroaga: Se realizará una huella peatonal de 300 metros.

– Campamento Alto Sinaí: Se construirá una sede comunitaria.

– Comité Villa La Pradera del Campamento Manuel Bustos: Se realizará la implementación exterior de la sede comunitaria, instalación de huertos y pavimentación exterior de la sede.

– Campamento Mesana: Se construirá una plaza.

Postulación

El proceso de postulación de los proyectos se inició con el lanzamiento del Banco de Proyectos de TECHO-Chile. Para participar, los campamentos y villas de blocks deben tener una directiva electa democráticamente y una mesa de trabajo periódica en la que participen vecinos junto a voluntarios de la fundación. Posterior al lanzamiento, las comunidades deben llenar un formulario en el detallan, entre otras cosas, una breve historia de la comunidad, el número de familias que la componen, en qué consiste el proyecto, cuántos se verán beneficiados y la justificación de éste.

Después de presentar la idea, profesionales de la Fundación realizan una visita a terreno en la cual buscan solucionar detalles de aspecto técnico y generar compromisos con la comunidad. Por ejemplo, si una comunidad gana el proyecto, ésta debe emparejar y/o limpiar el terreno, como trabajo previo a los días de construcción junto a voluntarios.

Posterior a esto, las comunidades deben realizar una presentación del proyecto, en la que defiendan su propuesta frente a un jurado compuesto por profesionales de Techo-Chile e invitados de redes externas.

Después de este proceso, se realiza una evaluación, en la cual se revisan diferentes aspectos de la postulación y algunos mínimos necesarios, tales como actividades de financiamiento, asignación de un encargado de obra y el compromiso de la participación de la comunidad durante la ejecución de estas construcciones.

Por último, se realiza una evaluación de factibilidad, en la cual se revisa la claridad del diseño, que existan métodos constructivos adecuados, factibilidad de construir en los plazos establecidos, entre otros aspectos.