El candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre en EE UU, Donald Trump, ha aprovechado el atentado del pasado martes en el aeropuerto de Estambul, en el que murieron más de 40 personas, para volver a sacar su retórica más agresiva y populista. Lo hizo la noche de este martes en un mitin en Ohio, donde ante multitud de simpatizantes defendió la técnica de tortura conocida como waterboarding o ahogamiento simulado.

«¿Qué opináis del waterboarding?», preguntó el magnate multimillonario a su entregado público, para inmediatamente responderse él mismo: «Me gusta mucho. No creo que sea suficientemente duro».

El magnate neoyorquino respaldó su discurso recordando los brutales métodos que utiliza el autodenominado Estado Islámico, al que Turquía atribuye el ataque del martes por la noche. «Tienes que luchar contra el fuego con fuego», aseguró.

«Vivimos en tiempos medievales. Tenemos que pararlo, tenemos que ser fuertes. Tenemos que luchar tan brutalmente y violentamente porque nos enfrentamos a gente violenta, gente brutal», añadió acerca de la lucha contra el Daesh, unas palabras que recuerdan mucho a la ‘mano dura’ que defendía George Bush para justificar su intervención en Irak.

El Ejército estadounidense prohibió en 2006 el uso del waterboarding, poniendo en duda su legalidad y eficacia. Al llegar a la Casa Blanca en 2009, el presidente Barack Obama lo prohibió también para la CIA al clausurar el programa de interrogatorios de la agencia de inteligencia a sospechosos de terrorismo. La decisión cerró el capítulo oscuro de los abusos del Gobierno Bush en nombre de la llamada guerra contra el terrorismo iniciada tras los atentados del 11-S en 2001.