Seremi Katherine Araya MatusCuando la gran mayoría de los chilenos eligió a la Presidenta Bachelet para conducir el país en este período, también estaba eligiendo avanzar en la construcción de una nueva Constitución, que implica una de las reformas más importantes para el país, pues se trata de la madre de las leyes, la que define los valores que nos rigen y sienta el  carácter de nuestra democracia.

Este proceso no es de un día para otro. En primer lugar está la etapa de Educación Cívica, en la que se llevarán a cabo instancias de formación ciudadana en temas cívico-constitucionales, garantizando la participación informada de todos los chilenos y chilenas.

La segunda etapa la constituyen los Diálogos Ciudadanos, que tendrán tres niveles: comunales, provinciales y regionales. De estos diálogos surgirán las “Bases Ciudadanas para una Nueva Constitución”, documento que será entregado a la Presidenta para formular el proyecto. La tercera etapa será la conformación del Consejo Ciudadano de observadores, que estará integrado por representantes de la sociedad civil que serán nombrados por la Presidenta Bachelet. Su misión será velar porque los Diálogos Ciudadanos se realicen de manera libre, transparente y sin presiones.

En cuarto lugar corresponde realizar la Reforma Constitucional, ya que la actual Constitución no contempla un mecanismo de reemplazo. Por esto es necesario modificar la actual para hacer posible el proceso legislativo que implica una Nueva Carta Fundamental. Esta reforma se enviará al Congreso durante el segundo semestre de 2016. Los parlamentarios votarán a favor o en contra de la modificación a la Constitución actual y los mecanismos que se plantearán para la discusión de su reemplazo.

Luego se establecerá la Comisión Bicameral, que es uno de los mecanismos propuestos para procesar y debatir el proyecto de Constitución que enviará la Presidenta al Congreso. Esta comisión constaría de representantes de ambas cámaras del Congreso. La opción intermedia para debatir el proyecto es la Convención Constituyente Mixta, que estaría integrada tanto por parlamentarios como por representantes de la sociedad civil. O bien, otro mecanismo puede ser la Asamblea Constituyente, para lo cual los parlamentarios deberán elegir entre ésta o las opciones anteriores para el reemplazo de la Carta Magna de nuestro país.

En caso de que el Congreso así lo decida o no llegue a consenso sobre qué mecanismo se empleará en la discusión de la Nueva Carta, se llevará a cabo un plebiscito para que la ciudadanía decida entre una Comisión Bicameral, una Convención Constituyente Mixta o la Asamblea Constituyente.

No queremos una Constitución conveniente para algunos, sino una carta de navegación formulada por todos y todas y que nos encamine hacia un destino mejor.

Katherine Araya Matus

Seremi de Gobierno