¿Ha mirado la identificación de la persona que lo está atendiendo en el consultorio cuando asiste por algún problema de salud? ¿Sabe si es un profesional, o un estudiante y se fija de qué universidad proviene?

Es probable que no muchos lo hagan y quizás no le den importancia, pero ¿qué le parecería si la persona que lo está atendiendo proviene de una universidad que ni siquiera logró la mínima certificación de calidad?

Fotos reportaje centros clínicos 001 (Pequeña)     Es lo que ocurre en los 5 consultorios de la comuna de Quilpué, donde realizan sus prácticas alumnos y alumnas de la Universidad de Las Américas. La institución no logró este año la respectiva acreditación, que, como sabemos es una suerte de certificación de calidad entregada por organismos autorizados. Dicho en otros términos, en una escala de notas de 1 a 7, la UDLA obtuvo un rojo en este proceso.

Cabe precisar que comparten campos clínicos con alumnos de la Universidad Andrés Bello y algunos del Instituto Prodata y del Colegio Técnico Femenino de Quilpué. Llama la atención que no estén practicando en esta comuna, estudiantes de carreras del área de la salud de la Universidad de Valparaíso, considerando que es la única tradicional que existe en la región y que imparte Medicina, Odontología, Enfermería, Obstetricia, Fonoaudiología, Química Farmacia, Kinesiología, Nutrición y Dietética, Tecnología médica en sus menciones imagenología, oftalmología y Morfocitopatología, Trabajo Social, Educación Parvularia, mención salud y la reciente, Ingeniería Civil biomédica.

En la comuna de Quilpué hay más de 120 mil personas inscritas en los consultorios y centros de salud, recibiendo del Estado un aporte mensual de $3.427 por cada una. Los dineros se traspasan siempre y cuando cumplan las metas exigidas por igual para todo el país, sin consideración de la realidad epidemiológica de cada comuna. Las metas son del tipo IAAP, traducida como Índice de Atención en la Atención Primaria y las  sanitarias, que si se cumplen implican bonos trimestrales para los funcionarios.

La Atención Primaria está regida técnicamente por los Servicios de Salud correspondientes. En el caso, de Quilpué, la tutoría técnica de sus consultorios es responsabilidad del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota.

AL MEJOR POSTOR: UDLA PAGA 3.5 UF POR ALUMNO

Sobre el convenio docente asistencial que existe entre la Universidad de Las Américas y la Corporación Municipal de Quilpué, el Director de Salud, Dr. Luis Basáez, médico titulado en la Universidad de Concepción, explica que la UDLA fue la que presentó la mejor oferta pagando 3.5 uefes (83 mil pesos aproximadamente) por cada alumno que hace prácticas en los consultorios, administrados por la Municipalidad. Estos son: Quilpué, El Belloto, Pompeya y los Centros de Salud Familiar Iván Manríquez, Aviador Acevedo y el Centro Municipal de Salud, El Retiro.

Las prácticas no incluyen alumnos de Medicina ni Odontología. Dichos estudiantes pueden obtener cupos en los hospitales, pero bajo los criterios de convenios suscritos entre los Servicios de Salud y las Universidades, fuera del ámbito de los municipios.

Sobre los requisitos que fija la Corporación para suscribir convenios, el Dr. Basáez indicó que “ nosotros primero pusimos como piso un valor de 3 UF por alumno. Luego pedimos que el contrato incluyera un seguro jurídico para los jóvenes, en caso de que tuvieran algún problema en la atención con algún paciente. Entonces, si hay una demanda, la Universidad responde en lo jurídico y financiero, salvaguardando a la Corporación Municipal. Después está el otorgamiento de becas para funcionarios o alumnos de colegios municipalizados y finalmente se les pide que hagan trabajo comunitario para diagnosticar la realidad de salud en la comuna”.

También señaló que se le exigió a la Universidad de Las Américas, el derecho de los profesionales de la Corporación a intervenir en la formación de los alumnos, porque –reconoce- que han detectado deterioro en este proceso y que esto afecta a futuros profesionales de todas las universidades. La intervención se traduce en que cuando ellos notan deficiencias o faltas de conocimiento en alguna área, le piden a la Universidad reforzar esos contenidos o incluso despedir a algunos profesores, que no estarían haciendo bien su trabajo.

“Entonces- indicó Basáez- nosotros colocamos todo esto en la mesa, cuando las universidades vienen, y si las aceptan bien, y si no, bien también. Hay muchas universidades que han venido a conversar, incluyendo la Universidad de Valparaíso, nosotros les entregamos estos documentos y algunas vuelven y otras no”.

¿Dr. Basáez, qué garantía le da a un paciente el hecho de que lo atienda un estudiante  de una universidad que ni siquiera está acreditada?

Creo que esto se va a solucionar cuando exista una reforma educacional que asegure que si un alumno entra a la Universidad y lo hace a una carrera acreditada, esta continuará así hasta que termine sus estudios. Además es necesario que tenga la posibilidad de completar su formación en campos clínicos.

Actualmente, nosotros tratamos de suplir estas falencias con esta mesa bipartita en que la Universidad nos permite intervenir en sus procesos para que puedan hacer una buena práctica.

Además, los alumnos en el caso de la Atención Primaria hacen pocos procedimientos invasivos, el máximo de la actividad es la consulta.

Sobre cómo se han utilizado los aportes entregados por la Universidad de Las Américas, el directivo señaló que se han construido nuevas salas en los consultorios de Quilpué y Belloto Sur, además se han recibido sillones de atención dental y se está trabajando para construir un gimnasio de rehabilitación, con piscina temperada incluida.  También se creó la Unidad de Atención Oftalmológica en el consultorio I. Manríquez de Los Pinos.

NUEVO DECRETO MINSAL ¿LETRA MUERTA?

Llama la atención que el Director de Salud de la Corporación Municipal desconozca la nueva normativa decretada por el Ministerio de Salud, publicada en distintos medios de comunicación y que apunta precisamente a cambiar los criterios para entregar campos clínicos. El nuevo decreto, fechado el 9 de julio del 2012,  entre otros aspectos, elimina el pago por alumno y exige que las universidades y carreras estén acreditadas. El Dr. Básaez insiste en que las universidades tienen dinero y que no va entregar los campos clínicos gratis.

A su juicio, el problema se va a solucionar en la medida que exista una reforma en la educación superior que fije la cantidad de alumnos que puedan ingresar a las universidades, conforme a la cantidad de cupos que existan en los campos clínicos.

“Hoy día no pasa eso, hoy día es un negocio, entonces por eso es que las universidades privadas han avanzado más rápidamente en la obtención de campos clínicos que las universidades públicas, porque ofrecen plata, ofrecen equipamiento y son menos burocráticas”, recalcó.

UNIVERSIDAD DE VALPARAISO….CAMARON QUE SE DUERME…..

Para la encargada de la Unidad de Campos Clínicos y prácticas profesionales de la Universidad de Valparaíso, Maritza Cofré, matrona egresada de la entonces Universidad de Chile, sede Valparaíso, la no existencia de alumnos de esa casa de estudios en los centros de atención primaria de Quilpué, se enmarca en el fenómeno que está ocurriendo con los campos clínicos en el país. En general, ha habido una tardía respuesta y adaptación de las universidades públicas a las leyes de mercado que empezaron a imperar para el uso de los campos clínicos.

Acostumbrados a que la inserción de sus alumnos en hospitales y consultorios para prácticas e internados, era un paso obvio, casi no se dieron cuenta como las universidades privadas fueron llenando los cupos. “Recuerdo que mientras nosotros aún discutíamos sobre si entrar o no en este juego de mercado para el uso de los campos clínicos, las universidades privadas ya estaban llegando a la meta y copando los centros asistenciales”, comentó la profesional.

Respecto específicamente del caso de la Atención Primaria de Quilpué, dijo que han solicitado establecer convenios, pero la capacidad formadora de ellos está cubierta, por lo que no ha sido posible y ni siquiera se han podido reunir para conversar sobre el tema.

“A nosotros nos interesa obviamente, porque nuestra universidad tiene una larga tradición de formación y la mayoría de los profesionales que han ido cubriendo la región provienen de nuestra universidad, por lo tanto sabemos que nuestros alumnos van a ser bien acogidos”, recalcó.

“Pero –agregó- tenemos que también entender que las instituciones firman sus convenios, fijan sus valores y estemos o no de acuerdo es un statu quo hoy y que nos pone en una situación muy compleja. Creo, y es una opinión compartida con otros profesionales, que desgraciadamente el Ministerio de Salud va a tener que disciplinar este tema”.

Añadió que a partir del decreto de julio del 2012, las regulaciones son estrictas para los hospitales y estos han tenido que reducir la cantidad de alumnos que reciben, seleccionar a los centros formadores y estamos ad portas de que los Servicios de Salud, por instrucciones del Ministerio, inicien el nuevo proceso de asignación de campos clínicos. Y corresponderá a ellos, como tutores técnicos, velar porque la norma se cumpla también en los consultorios y centros de atención primaria.

Si bien –reconoce Maritza- esto tensiona el sistema, es saludable elegir con quienes se quedarán los hospitales, porque no es bueno para la atención al paciente que haya alumnos de 10 centros formadores en un centro asistencial. Deben quedarse las instituciones que puedan demostrar calidad de formación, compromisos serios de largo plazo, profesores que forman planteles estables que le dan solidez a la institución.

Señala que ese escenario, es también un desafío para la Universidad de Valparaíso, porque obliga a hacer propuestas interesantes de desarrollo a largo plazo, “no un dulce”, sino que desarrollo sustentable en el tiempo.

BECAS PARA FORMACION DE ESPECIALISTAS V/S VISTOSAS OBRAS

¿Pero, qué ofrece la Universidad de Valparaíso en esta competencia por el uso de campos clínicos?

La Universidad de Valparaíso – señala la profesional- está otorgando para los Servicios de Salud formación de médicos especialistas y si eso se lleva a dinero, son grandes sumas. Por ejemplo, de acuerdo a la valoración hecha el año pasado, la formación de 2 ó 3 años en especialidades y subespecialidades para 20 especialistas destinados al Servicio de Salud Viña del Mar- Quillota,  representa un costo aproximado de 213 millones de pesos, que es absorbido por la Universidad. Y esto es en cuanto a pesos, pero la proyección que tendrá sobre la población, es invaluable.

Además si valorizamos la formación a través de diplomados, magíster y cursos de capacitación para los funcionarios de las Corporaciones Municipales, y que son obligaciones legales, eso suma mucho más que los montos que nos ponen para usar los campos clínicos. Por ejemplo, en el convenio con la Municipalidad de Valparaíso, invertimos 40 millones de pesos, por este concepto. También la Universidad ha contratado kinesiólogos, fonoaudiólogos y obstétras que atienden en CESFAM de la Corporación.

Otro punto digno de destacar es que tenemos una nueva carrera, llamada Ingeniería Civil Biomédica que permite a los alumnos cuando entran a una práctica entregar un producto al hospital o centro de atención. Por ejemplo, ¿cómo mejorar la productividad en una determinada área? o hacer la mantención de los equipos biomédicos. También son excelentes armadores de proyectos, por lo que pueden ayudar a los hospitales para que los presenten a los Gobiernos Regionales, en busca de financiamiento

En lo cotidiano, estamos haciendo un esfuerzo en cubrir los gastos extras en insumos clínicos que tienen los centros cuando ingresan alumnos y también podemos hacer aportes en equipamiento, pero esto debe proyectarse, meterse en una valorización y presentarlo anualmente a  la pro-rectoría que luego lo lleva al comité directivo y se sigue con el proceso. Se han hecho aportes importantes en temas de infraestructura de establecimientos, pero no tenemos la velocidad de una Universidad Privada por nuestras características.

Como Universidad sabemos que estamos con un hilo muy tenso.  Sabemos que no podemos competir con grandes holdings de empresas educacionales y es un tema que nuestro Rector siempre tiene presente en la discusión desde la reflexión y como una postura de país frente al tema.

¿No cree usted que esta aparente poca valoración de lo que ofrece la Universidad en cuanto a formación y perfeccionamiento profesional, se debe a qué es menos atractivo para los alcaldes, porque ellos prefieren cortar cintas de inauguración de salas o mostrar equipos nuevos?

Creo que la mirada de una opinión externa es mucho más decidora que profundos análisis, porque efectivamente falta visibilizar y “marquetear” los aportes que hace la Universidad. Y es un desafío nuestro, porque generalmente se ha hecho en silencio.

“Creo que hoy tenemos que sacarle brillo a lo bonito, mejorar lo que está mal, que a veces son temas de coordinación, actuar con anticipación, reconocer la tremenda labor que hacen los funcionarios apoyando la labor docente, porque es para sacarse el sombrero, para posicionarnos, mantener lo que se tiene y crecer”.

Respecto de si es difícil para la Universidad de Valparaíso conseguir campos clínicos, la profesional dice que en los Servicios de Salud Aconcagua y Valparaíso, prefieren a los alumnos de esta casa de estudios, porque prima el convencimiento de la formación profesional que se da en ella. “Esto es muy importante, porque no podemos olvidar que estamos atendiendo personas y los riesgos involucrados pueden ser altos”, subrayó.

Sobre el futuro más próximo, Maritza Cofré expresó que las mismas exigencias que está haciendo el Minsal  a los hospitales también están llegando a la Atención Primaria y es así que ya la Corporación Municipal de Villa Alemana informó a los centros formadores que el próximo año solamente van a recibir alumnos de carreras acreditadas. También la Corporación Municipal de Valparaíso está aumentando su nivel de exigencias y ya hay varias comunas que están pidiendo capacitación para poder aplicar los nuevos criterios que se exigirán a las universidades e institutos que necesiten usar los campos clínicos, ya sea hospitales y centros de mayor complejidad, como consultorios e instituciones de atención primaria. El plazo establecido para aplicar la nueva normativa es a más tardar en el 2015.