Respecto del momento actual de la ciudad, el candidato del pacto Nueva Mayoría afirma que «sólo quedarse en pintar casas es como enviar un enfermo de cáncer a la peluquería”.

Christian González G.

Artista nacional espera -junto a su compañero de lista, Aldo Cornejo- doblar a sus contendores políticos.

Artista nacional espera -junto a su compañero de lista, Aldo Cornejo- doblar a sus contendores políticos.

Su espalda carga con más de 50 años dedicado a su gran pasión: la música. Desde esa tribuna, aprendió a relacionarse con otros músicos y movimientos sociales, que fueron potenciando cada vez más una mirada crítica respecto a la sociedad y a los poderes que la gobernaban. Fue así que la historia de la reconocida agrupación que lidera, Inti Illimani, comenzó a hacerse de un nombre muy ligado a la política, expresando sus pensamientos e ideales en las letras que hicieron de Jorge Coulón un afamado artista en Chile y en parte del mundo.

Hoy, estos ideales quieren ser llevados hasta el parlamento, representando a una ciudad que ama como Valparaíso, no sin dejar atrás una cuota de sorpresa, como afirmó el ahora candidato; esto, luego que el Partido Comunista le ofreciera su cupo al artista que va como independiente, hecho que no esperaba. Ahora, desde esta nueva oportunidad de participar en la política desde adentro espera entregar aires frescos a la política, para ayudar a caminar a una ciudad que ve muy alicaída.

¿Qué lo lleva a aceptar esta candidatura?

«Me lo propusieron, lo tomé con sorpresa pero me gustó mucho esta candidatura. La acepté porque se trata de Valparaíso, porque creo que Chile vive una coyuntura histórica que me apasiona mucho y me gustaría vivirla como protagonista».

¿Cuáles son sus principales propuestas de campaña?

«Soy candidato relacionado a la ciudad, igual que la mayoría de los diputados que ha tenido Valparaíso. Hay que dignificar la historia y el respeto que esta ciudad se merece. Aprobar la ley de Puertos, que es una antigua aspiración que no se ha completado y que significaría recursos a la ciudad que hoy no los tiene, no sólo por mala gestión. Lo otro, es una ley especial para Valparaíso, para que la ciudad se pueda afirmar en sus pies y destacar lo patrimonial, lo universitario, promover estudios de ciencia, instalación de productoras también porque muchas grabaciones se hacen acá, también el arte y la cultura son recursos importantes. Esto significa más recursos para la ciudad y darle una renovación a la identidad porque el puerto ya no es lo mismo que antes».

Actualmente, ¿cómo ve a Valparaíso?

«Lo veo abandonado. Todos sabemos que los porteños tienen el cuero duro, pero no es justo que sigan viviendo como están en la precariedad. Vemos que no hay mucha preocupación por la ciudad, ya que sólo vemos que se pintan las casas, pero sólo pintar casas es como enviar un enfermo de cáncer a la peluquería. Esto es responsabilidad de todos; creo que el último gobierno que pensó e invirtió en Valparaíso fue el de Ricardo Lagos, que hizo el Merval, el camino la Pólvora, preocupación por lo patrimonial, se instaló el consejo de Cultura y las Artes».

¿Y respecto a los problemas que han afectado a la ciudad últimamente?

«Sabemos que volverán a ocurrir las tragedias, ya que nada indica que no será así. El municipio tiene una disculpa porque no tiene recursos, y eso obedece a la concepción centralista de este país. Hay que hacer una descentralización más y mejor atendida. No hay recursos pero tampoco hay mucha imaginación, así que creo que la ciudad debe movilizarse como lo ha hecho Calama, Aysén o Tocopilla para exigir».

La voz de los vecinos

¿Cuáles son los principales problemas que le han hecho notar los vecinos?

«Lo más grande son las quebradas, donde en algunas de ellas hay poblaciones instaladas que no tienen agua potable, ni electricidad ni sus servicios básicos. Otro problema que afecta mucho a los vecinos de Valparaíso es el tema del transporte público porque no hay ninguna planificación, funcionamos a la buena voluntad del dueño del colectivo o de las micros que cambian recorridos y frecuencias, sobre todo en la noche. En Placilla el problema de conexión es muy grande también, entonces acá se ve que hay dificultades mucho mayores».

A lo largo de su historia, usted ha sido muy crítico del sistema y lo que le rodea. Ahora, ¿cómo analiza la situación de compartir lista con la Nueva Mayoría? ¿Es lo ideal o no?

«Lo ideal es ideal (se ríe). A mí me propuso esta candidatura el Partido Comunista, que tiene larga historia de coherencia y de lucha que respeto a pesar de ir como independiente, comparto sus ideales pero no muchas veces con sus métodos. Creo que está pasando algo bien interesante y que los partidos de lo que fue la Concertación se den cuenta de algo que no suele suceder, como lo es tener una segunda oportunidad. En parte les cae porque este gobierno ha sido muy ineficiente, creen que manejando cifras se soluciona todo; entonces, todo esto ha beneficiado a la oposición. Estos partidos bajo la falda de Bachelet tendrán su segunda oportunidad, así que hay que aprovecharla».

¿Qué piensa de su compañero de lista, el actual diputado Aldo Cornejo?

«Lo conozco hace mucho, hemos tenido encuentros y desencuentros sobre Valparaíso. Es una persona decente, honesta y creo que uno se puede entender con él. Ojalá logremos convencer que mucha gente vote y que podamos doblar en Valparaíso para dar el batacazo».

Públicamente usted ha dado su apoyo al movimiento estudiantil. Considerando que Valparaíso lleva dos candidatos de ese mundo, ¿por qué los jóvenes deberían votar por usted?

«Les pediría casi como favor personal porque me gustaría vivir este momento histórico que está viviendo Chile. Por otra parte, les aseguro que mi presencia en el parlamento no va a ser muy larga, aseguro que habrá recambio. También es porque llevo 50 años en la otra política, no la del «camboyaneo»; entonces, pienso que a esta política le hace falta una mirada distinta, que creo tenerla».

En lo netamente cultural, ¿se puede compatibilizar su arte con la política?

«Legalmente sí, los únicos que no pueden son los abogados que no pueden alegar en tribunales. Sí se puede compatibilizar, seguramente mi ritmo de trabajo con Inti Illimani va a adaptarse a esta nueva situación, pero como decía Atahualpa Yupanqui: «los poetas no se jubilan».

¿Cuáles son sus propuestas de campaña en el ámbito cultural?

«Hay que reivindicar el rol de los actores culturales, intelectuales, poetas, músicos, actores, del artista en general. Muchas veces se nos ve como el que anima la fiesta, pero eso es injusto porque somos un sector que piensa en profundidad sobre este país. Nuestra presencia no es menos valiosa que la de un abogado o un ingeniero comercial, es tan importante como la de ellos. También creo que la cultura están siendo vistos como bienes de consumo y se lucra ilegítimamente con plata del Estado en la gestión cultural. Chile tiene derecho al arte».