Muchas mujeres están logrando el anhelo de ser madres gracias a la ayuda de otras mujeres quienes donan sus óvulos para cumplir ese sueño. La donación de óvulos es una tendencia en aumento derivada de la postergación de la maternidad, ante la cual la Clínica de la Mujer de Viña del Mar ha desarrollado un exitoso programa, el cual durante el año 2012 alcanzo un 73 por ciento de efectividad.

PROGRAMNA DE OVODONACION CLINICA DE LA MUJERSi hace un par de décadas tener hijos después de los cuarenta años no era viable por diversos factores biológicos, en la actualidad la recepción de óvulos donados permite a las mujeres acceder a la posibilidad de embarazarse y experimentar la maternidad superando barreras naturales, incluso después de los 40 años.

Paralelamente, otro grupo de entre 18 y 30 años -que se encuentra en un estado de fertilidad óptima- son las que aportan con la donación de óvulos. Son en su mayor parte profesionales o estudiantes que desean ayudar a otras mujeres de forma altruista.

Ninguna mujer receptora conoce a alguna de las donantes, ni viceversa. Es parte de las premisas de confidencialidad del Programa de Donación de Ovocitos que posee la Clínica de la Mujer de Viña del Mar, uno de los centros especializados de fertilidad del país.

Este programa cumplió un año de vida, y durante el 2012, unas 41 mujeres accedieron al programa con óptimos resultados: de ellas el 73% quedó embarazada sin problemas. El proceso de tratamiento consiste en la recepción de una gama de óvulo donados por otra mujer, los cuales son fertilizados con la muestra de espermios de la mujer receptora a través de la técnica de Fertilización In Vitro (FIV). De esta manera, el hijo o hija comparte material genético con el padre mientras que la madre viviencia el embarazo, aun cuando no aporta material genético.

La recepción de óvulos como alternativa para alcanzar la maternidad es una opción que se plantea a la pareja cuando las causas de infertilidad femenina se relacionan con la incapacidad de producir óvulos o en el caso de que estos no sean de buena calidad debido a diversos motivos.

“Son pacientes que quieren ser madres y no lo pueden lograr porque sus ovarios no son capaces de producir óvulos o producen óvulos no aptos para el embarazo. También existen mujeres que por diversas patologías han perdido la función de los ovarios, como cáncer, problemas inmunológicos, menopausia prematura, o simplemente su reserva ovárica disminuyó por causas desconocidas”, explica el Dr. Carlos Sferraza, encargado del programa de Ovodonación de Clínica de la Mujer.

En la Clínica de la Mujer de Viña del Mar el proceso de donación se lleva a cabo cuando una paciente necesita la ayuda de otra mujer para realizar su deseo de maternidad; para lograrlo, se evalúan y estudian diversas donantes hasta encontrar la más adecuada. En este sentido, cada día existe una mayor necesidad de donantes en función del aumento de casos que se presentan en el establecimiento de salud.

Y eso se produce porque este tipo de tratamientos es una tendencia que va incrementándose con los años, entre otros factores, debido a la postergación de la maternidad. “Cada día es más extraño que las mujeres se embaracen previo a los 30 años. Pero la capacidad de embarazarse es mucho menor posterior a los 35 años. La diferencia es que hoy, al existir los recursos tecnológicos se produce un cambio importante. Antes una mujer sobre los 40 años simplemente no intentaba embarazarse, hoy cada día vemos más mujeres consultando sobre alternativas de fertilidad como la ovodonación”, explica el médico.

Enfrentarse a la opción de recibir la donación de óvulos es un proceso complejo, explica la psicóloga a cargo del programa Erika Sferraza. “Implica un duelo por la pérdida del aporte genético de la madre para generar el embarazo y por todo lo que ello implica para el proyecto vital de esa pareja. El duelo toma un tiempo para su resolución junto con la decisión y la preparación para embarcarse en este proyecto de paternidad en el cual la mujer no podrá embarazarse de forma espontanea y que requerirá ayuda.”

No obstante, en el proceso se le da todo el apoyo psicosocial a los dos y se le entrega la información necesaria para tomar la decisión, asesorarlo y acompañarlos en todo el proceso. Las parejas enfrentan varios temores asociados a cómo será este hijo o hija, cuál será su personalidad, como será la donante entre otros. “Entonces, el proceso de acompañamiento es importante para brindar así el sostén emocional, aclarar las dudas y despejar temores y, principalmente, para ayudarlos a tomar la mejor decisión según sus deseos, necesidades y posibilidades”, asegura la profesional.

El aumento de casos de este tipo de tratamientos es también percibido por la psicóloga como un efecto del cambio en procesos sociales y una apertura de las personas a nuevas técnicas de fertilidad. “Socialmente es cada día más fácil plantear el tema de la ovodonación porque hay una disposición a ver que la infertilidad es una enfermedad como cualquier otra y cuya implicancia se vincula con los cumplir y, en algunos casos, replantearse los proyectos vitales, como es el caso de una donación de gametos”, acotó Erika Sferraza.

Mujeres donantes

Ante la necesidad de este grupo de pacientes que no pueden embarazarse de forma espontánea, surge la pregunta de quienes son aquellas otras mujeres que colaboran en el proceso donando sus óvulos. Así como existe la donación de gametos masculinos (espermios), la donación de ovocitos también es una alternativa a la que se recurre cada vez con mayor frecuencia.

Pero ¿quiénes son y qué las motiva? De acuerdo con el Dr. Carlos Sferraza, “las mujeres que donan óvulos no deben exceder los 30 años, esto porque se ha demostrado que los óvulos de donantes de entre 18 a 30 años tienen muchas más posibilidades de ser fecundados”.Además, deben ser personas sanas de forma integral, que busquen donar por un tema altruista, ya que están aportando desinteresadamente a la felicidad de una pareja.

Es el caso de Andrea (29 años), una joven profesional cuya identidad ha sido reservada y que ha proyectado la posibilidad de ingresar al programa de donación de óvulos. Motivada por el deseo de querer hacer algo por otras personas, se planteó este tema porque “quiero ayudar a otras mujeres a ser madre, ya que la maternidad es algo que no he considerado por el momento, pero donar mis óvulos es un acto generoso que me motiva”, señaló.

Andrea ingresará a un exhaustivo proceso, que se inicia con una entrevista de información y que incluye exámenes de salud y otros procesos adicionales para medir diversos factores que determinen su aptitud.

“En este proceso se le instruye sobre las etapas y las características del tratamiento médico y los exámenes a realizar. Lo importante es cuidar a la donante en todos los sentidos, no ver el proceso como un medio para un fin, sino que es una paciente más a la cual cuidamos y estudiamos con el fin de evaluar que no presente ninguna vulnerabilidad que pueda afectar a su salud ”, apunta la psicóloga.

Procedimiento sin riesgos

Actualmente, las investigaciones refieren que la donación de óvulos no afecta a la fertilidad futura de la donante; ello se explica por el proceso ovulatorio de la mujer el cual, en cada ciclo mes a mes en los ovarios se disponen varios óvulos para el proceso de maduración y preparación para ser fertilizados. En general, de todos ellos, sólo uno logra esta etapa y el resto va a la atresia, es decir, se eliminan de forma natural y más aun si no se fertilizan.

En el proceso de donación, se estimulan y rescatan todos estos óvulos que por razones naturales iban a ser eliminados, los cuales son estimulados para que sigan creciendo y madurándose y de esta culminar la donación.

Andrea está consciente de ello. “Si dono mis óvulos, les doy un mejor destino y con ello podré ayudar a otras personas”, acotó.