Durante un acto de campaña en Viña del Mar, el diputado y candidato presidencial Johannes Kaiser encendió la polémica al defender su plan migratorio, una propuesta que incluye la creación de “campos para migrantes”, la expulsión de familias en situación irregular y la exclusión de sus hijos del sistema educativo.

“Si el gobierno se hubiese hecho cargo de tener cupos suficientes para todos los niños en Chile, esta no sería una discusión”, dijo Kaiser frente a un grupo de adherentes, defendiendo la idea como una medida de “orden y justicia”.

El candidato presidencial por el Partido Nacional Libertario (PNL), insistió en que su objetivo es “premiar a quienes cumplen la ley”, asegurando que “las personas que están ilegalmente en nuestro país, si tienen hijos también, van a tener que abandonar el país, eso es todo”.

Sus declaraciones provocaron una ola de reacciones, especialmente tras sus comentarios hacia el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, quien había criticado públicamente la idea.

“Si la Iglesia Católica está dispuesta a abrir sus templos para acoger a inmigrantes ilegales, entonces que lo diga de frentón. Pero esta cuestión, con todo el respeto del mundo, Chile ya no da más”, respondió Kaiser.

El diputado defendió su postura argumentando que la irregularidad migratoria “abre espacio al crimen organizado” y que el sistema público “está colapsado”.

“Tenemos un millón de viviendas que nos están faltando. Nos faltan decenas de miles de espacios en la Junji, en el sistema educacional. Nuestro sistema de salud está reventado”, enumeró, buscando conectar su discurso con la crisis social interna.

Kaiser adelantó que en las próximas semanas presentará los detalles técnicos de su plan migratorio, mientras el debate sobre seguridad, control fronterizo y derechos humanos sigue marcando la agenda presidencial en la Región de Valparaíso.